Crónicas Ausentes
Lenin Torres Antonio
Del caso Samuel García ex “senador” y candidato a la gubernatura de Nuevo León por el Partido Político Movimiento Ciudadano, podríamos hablar de misógino, que padece de la pérdida de la realidad, de improvisación, de ignorancia cuando menos en los asuntos de la política, que tiene marcados rasgos edípicos, etc., pero más que eso, deberíamos hacernos algunas preguntas y reflexiones, la primera sería preguntarnos, ¿cómo le hizo esa clase de personajes para llegar a ser senador por el partido MC?, ¿qué mecanismos de selección “democrática” implementó MC para hacerlo senador?, ¿qué poderosas cualidades de las ciencias políticas y de la militancia partidista concurren en él para hacer posible que un Partido lo haga Senador de la república?, esto por un lado, por el otro, ubicar el caso Samuel García no como un caso aislado ni en temporalidad ni en características, y que es y ha sido el síntoma de la progresiva decadencia de la clase política en México, que a la postre, pervirtió y la convirtió en el grotesco arte de obtener el poder para beneficio personal y nunca para el bien común, y que por eso, perdieron el poder de mano de Andrés Manuel López Obrador.
La degeneración ha permeado a casi todos los partidos políticos en México, principalmente al PAN, el PRI, y ahora vemos que a MC, entre otros, pues lo vemos no tan sólo aupaban a los parientes consanguíneos al poder: hijos, hermanos, esposas, tíos, empresarios, artistas, en fin, como candidatos a cargos de representación popular, y durante el tiempo que gobernaron estos partidos, a puestos en la administración pública, además de a sus testaferros, comunicadores, empresarios, guaruras, choferes, enamorado(a)s, etc.
Estos despropósitos llevan a ver la degeneración de la política, ejerciendo un elección de personajes famosos que puedan aupar al poder público, no importado que venga de la farándula, el deporte o del “honesto mundo del negocio”, como las postulaciones del Partido Moviendo Candidato(a)s de MC, quien hace poco lo vemos postular en Veracruz a una famosa cantante de temas misándricos, quien la primera declaración que hace al registrarse como candidata del MC es, “no sé qué hago aquí”, revelando el grado de degeneración de la política y la improvisación en la selección de los hombres y mujeres para renovar las diputaciones federales, locales, alcaldías, y podamos enfrentar de mejor manera los asuntos urgentes de la nación, así como la regeneración del poder político y público, indispensables para salir de la grave crisis pública que actualmente vivimos.
Estos casos de improvisación forman parte de una tradición en la selección de candidatos, que formó y forma parte del comportamiento del prianismos, y como vemos, de otros partidos políticos, pero esto no tendría relevancia si esto no impactara en la calidad de la democracia y sea el síntoma de la grave crisis que vive el sistema de partidos en México, el proceso de degeneración del sistema de partidos políticos tiene que ver con que para el PRI y el PAN fueron por mucho tiempo instrumentos de los grupos de poder reales, los grandes empresarios, que fueron los que realmente estuvieron detentando el poder público y privado en México, usando a los partidos políticos para mantener el status quo, siendo el instrumento los partidos políticos que sólo servían para tiempos electorales y así poder mantener el viejo régimen, hasta que la degeneración trajo como consecuencia que perdieran el poder público en el 2018.
Lamentablemente esos partidos de oposición siguen actuando como si no pasaran nada, como si no tuvieran la culpa de la grave crisis en que dejaron a México, y continúan simulando democracia, y principalmente sirviendo para la oligarquía para volver a usar al estado como su oficina de negocios, importándole nada la grave crisis que ellos mismos generaron en seguridad, pobreza y marginación.
Viene bien hacer memoria histórica para arrimar el hombro a AMLO y lograr que la 4T se consolide, y con ellos, se consolide el estado mexicano, sus instituciones, un sistema de partidos democrático, y principalmente, la democracia ciudadana, gobernar obedeciendo al pueblo.
