En ceremonia efectuada en el Museo Nacional de Antropología, fue recordado como el antropólogo mexicano más trascendental por su obra crítica e innovadora
- Alentó la discusión y la ruptura respecto al modelo teórico del indigenismo, con el cual el Estado hacía frente al “problema” de los pueblos indígenas
El 19 de julio de 1991 un accidente arrebató tempranamente la vida a Guillermo Bonfil Batalla, el antropólogo del México profundo, defensor preclaro de la causa indígena y difusor de una visión antropológica crítica en nuestro país, Latinoamérica y el mundo, así lo recordaron quienes fueran sus discípulos, hoy reconocidos profesionales, en el Museo Nacional de Antropología, al rendirle un homenaje por su 30 aniversario luctuoso.
La composición de este retrato, delineado en un conversatorio organizado por la Secretaría de Cultura, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), estuvo a cargo de expertos de la propia institución —de la que el célebre antropólogo fue director a inicios de la década de 1970—, así como del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la Universidad Nacional de Autónoma de México.
En la ceremonia, realizada bajo estricto protocolo sanitario, autoridades del INAH calificaron a Bonfil como el antropólogo mexicano más importante del último tercio del siglo XX, quien alentó la discusión y la ruptura respecto al modelo teórico denominado indigenismo, con el cual el Estado hacía frente al “problema” de los pueblos indígenas.
Esta perspectiva la dejó clara en su ensayo Del indigenismo de la Revolución a la antropología crítica y en su posición en la Declaración de Barbados de 1971, la cual se convirtió en un llamado para acabar con las visiones paternalistas y aculturales que privaban y privan todavía en América, respecto al tema indígena, siendo la primera vez en que dirigentes y organizaciones de estos pueblos reivindicaban su capacidad de decisión.
Guillermo Bonfil, puntualizaron, incorporó elementos de la teoría marxista dentro de su enfoque étnico y analítico de lo cultural, alejándose en todo momento de visiones dogmáticas y totalizadoras, de ahí que puede hablarse de la persistencia de una “utopía bonfiliana”, la cual inspiró el reconocimiento de la pluriculturalidad de México, basada en sus pueblos indígenas, en los artículos segundo y cuarto constitucionales.
De modo que “reivindicar esa utopía nos obliga a cuestionar el presente y movernos en la transformación de una sociedad más justa y equitativa, en ese espíritu inconforme y crítico que caracterizó a Guillermo Bonfil”, manifestaron.
Conectados a la transmisión del homenaje, efectuada por el canal INAH TV de YouTube, en sintonía con “Contigo en la distancia” de la Secretaría de Cultura, los investigadores del Centro INAH Oaxaca, Alicia Barabas Reyna y Miguel Bartolomé Bistoletti, rememoraron que en 1989, el maestro, junto con otros antropólogos, abogados y juristas como Arturo Warman y Salomón Nahmad, indígenas y no indígenas, integró la Comisión de Justicia para los Pueblos Indígenas de México, con el propósito de formalizar una propuesta de reforma al artículo cuarto constitucional, para el reconocimiento de sus derechos.
“De acuerdo con don Guillermo, para hacer realmente un Estado pluricultural, México debía asegurar los espacios para que la cultura pudiera reproducirse y desarrollarse conforme a su propia identidad, refiriéndose a la necesidad del reconocimiento del territorio étnico y del derecho a gobiernos propios como piedra de toque de la reforma. Él pensaba que esa iniciativa daría pie a garantizar la posesión comunal de la tierra y la recuperación de la perdida, porque el reconocimiento de sus derechos reforzaría la lucha india por el régimen comunal y las prácticas colectivas de producción y de posesión.
“Sin embargo, en la reforma al artículo cuarto nunca fueron discutidos los conceptos territorio étnico ni Estado pluricultural, los cuales eran difíciles de aceptar, ni tampoco se reformó la propiedad comunal debido a que la reforma al artículo 27, promulgada en 1992, privatizó el ejido y sustituyó el concepto de territorio por el de tierra. A 30 años de la partida de Guillermo Bonfil, los pueblos indígenas y la sociedad seguimos luchando para hacer realidad las ideas de uno de los defensores más preclaros de la causa indígena”.
En su intervención, el especialista del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la UNAM, Arturo Argueta Villamar, enfatizó que la vigencia de los planteamientos de Bonfil se demuestra con la traducción al coreano, en este 2021, de México profundo. Una civilización negada, y su traducción al francés, publicada en 2017.
“Me imagino la enorme expectativa que tendría Guillermo sobre esta edición en francés, ya que muchas veces nos habló de la enorme importancia de los movimientos de liberación de los países del África francófona, así como de las lecciones que aprendió de las obras de tres personajes clave: el martiniqués-argelino Frantz Fanon, el senegalés Leopold Sédar Senghor y el tunecino Albert Memmi.
“Se trata de un bello libro escrito con gran acopio de información histórica (sin pretender pasar por un libro de historia), etnográfica (sin proponerse un tratado etnográfico) y etnicopolítica (sin que sea un manifiesto), sino todo ello junto. Tiene una gran carga de toda la pasión, sensibilidad y solidaridad de Bonfil por los pueblos indígenas de México y del mundo, que fue acumulando y decantando a lo largo de su productiva vida. Esta obra sigue creciendo e iluminando las situaciones de los conflictos interétnicos actuales y ganando nuevos públicos”.
A su vez, la investigadora del INAH, Maya Lorena Pérez Ruiz, hizo hincapié en que se sigue escatimando la autoría de muchos de los conceptos, ideas y propuestas de Guillermo Bonfil Batalla, “un caso ejemplar es el empleo generalizado sobre la existencia de un México profundo que, para él, significaba la utopía fundante de un proyecto nacional, el cual debía incluir a los pueblos y culturas subalternas, y que apenas hace unos años se cuestionaba como una propuesta romántica y etnopopulista.
«Para muchos será una sorpresa saber que detrás de propuestas innovadoras como los museos comunitarios, los museos escolares, gran parte de los programas estatales de apoyo a las culturas indígenas y populares en México e, incluso, de la revolución museográfica en México, están las ideas, el impulso y el trabajo institucional de Guillermo Bonfil”, finalizó.