27 de abril de 2024

SALVADOR ALLENDE, In memoriam| Arturo del Bosque

El pasado 11 de septiembre el mundo entero recordó a un hombre, Salvador Allende, médico de profesión, humanista y dirigente social y político Chileno, un hombre que soñó alamedas y hombres libres, cual árbol majestuoso, le derribaron pues su porte majestuoso, su imponente sombra eran, insulto y afrenta para los canallas que hipócritas le tendían la mano, le juraban lealtad, y le llamaban presidente.

Mas allá de análisis profundos, de juicios y valoraciones, – que de eso se han de encargar los que doctos en ciencias sociales, que han reseñar los hechos históricos en los debidos contextos -, sin restarles mérito alguno, permítasenos acudir a la prosa, sin más pretensión que condolerse de un hecho brutal, el asesinato, el derribamiento de un gigante, que tal fue el compañero Salvador Allende. “Es en el noble oficio de andar, de caminar la legua donde la imaginación y los pasos van tejiendo y terciando voluntades; si era para aliviar el dolor, era el médico Salvador quien andaba; si para corear con el pueblo, para resistir, andaba el luchador incansable… andando, andando y la patria tarareando.

Personaje infatigable, tres intentos, tres caídas, incólume su voluntad y arrojo, anduvo de nuevo, y en la cuarta escalada, coronó la cima de la montaña; compañero de ésos que se van labrando y a fuer de andar, tiñen coloridos atardeceres, mañanas de esperanza, compañeros que como el ingenioso hidalgo de la Mancha, usaba las palabras como lanza.

Fue por los obreros, estudiantes, amas de casa y campesinos, por la riqueza que antes engordaba solo las carteras de mezquinos, que tuvo la osadía de reclamar para la patria, el cobre, mineral estratégico del que el suelo chileno es pródigo, jaleado por multitudes entusiastas, artistas como Violeta Parra o Jara, el de las notas dulces de Amanda.

Bajo la tutela cínica y descarada del imperio del norte, hombres sin alma fueron tejiendo telarañas; hombres sin entrañas, azuzados por profesionales en fabricar golpes de estado, que tal eran los diplomáticos de las barras y las estrellas; fanáticos de la Seguridad Nacional, que se espantaban con el lenguaje socialista.

En Allende veían heraldo y trompeta, y un 11 de septiembre de 1973, armados con tanques, fusiles y el acero cruel de la bayoneta, los traidores se dirigieron al palacio de La Moneda, donde sabedor de su destino, valientemente el presidente Allende les  aguardaba.

Desangrados los muros y las torres, con los leales desobedeciendo, Allende que les ordenaba vivir, dejar el palacio, -qué poco valen las palabras si de lealtades se trata! -, derramó su sangre en aras de la esperanza de su pueblo; y desde la tribuna, el metal de su voz, como el mismo le nombrara, lanzó postrer arenga; inolvidable, con cada efeméride su figura se agigante ante la felonía de los traidores, mastines de correa indigna.

Insaciable, la bestia llamada Pinochet, tiñó las calles de Santiago con la sangre de su pueblo; proscrito sea Pinochet, sin descanso, ¡maldito! Son murmullos vergonzantes los que nombran a los asesinos, en cadalsos, fríos, pútridos cadáveres, ni las insignias ni el sable les han guardado; una y mil veces por gusanos han de ser devorados.

Allende eterno, Universidades, Villas, calles y avenidas ha tomado su nombre; Allende el de la prosa política, el que hizo versos con las categorías, honró como ninguno la democracia, ofreció justicia para todos, leche para los infantes, zapatos para el camino de los niños pobres, con los

que unió su destino, igualdad ante los poderosos, trato justo, arengas incontestables, – “Ser joven y no ser revolucionario, es una contradicción hasta biológica”-; la Universidad de Guadalajara no volvió a ser la misma después de que su poderosa voz le estremeciera.  

Hoy un joven le menciona, su pecho cruzado por la misma banda que al mártir le cruzara, hoy la esperanza se muestra pujante y orgullosa, sentidos versos y bellas melodías le recuerdan en una y mil canciones, Allende pervive, donde laten anhelantes corazones”

JESUS ARTURO DEL BOSQUE DE LA PEÑA/Opinión/Saltillo, Coah./18 de septiembre de 2023