29 de abril de 2024

Salud y dinero|Elena de Troya

Ya en anteriores artículos se ha abordado este tema, pero vale la pena volver hacerlo.

Si hacemos un análisis de la humanidad, descubrimos que a lo largo de los siglos desde la creación del universo, la triste realidad del mundo, de las personas es que siempre ha imperado el egoísmo y el vivir unos de otros, ¿Por qué hacemos está reflexión? Porque cada día se descubre que unos humanos viven a costillas de otros y lo peor es que es a costa de la salud, se dice que en esta vida siempre se aplica la ley del más fuerte y él más listo.

Esta es una realidad palpable, tal como ya lo hemos planteado en anteriores ocasiones, la salud del ser humano es muy frágil y los humanos más listos se valen y benefician de ello, sí una persona no cuida su alimentación, no hace ejercicio, se desvela, bebé vino, fuma y además su genética no es buena, será alguien propenso a las enfermedades, desde leves como una gripe hasta graves como el cáncer, lo tradicional es asistir con un médico que, tras realizar análisis clínicos, indicará un sinfín de medicamentos de patente, algunas caras otras no tanto, pero hay personas a las que no les gusta consumir químicos porque saben el terrible daño que ocasiona a todos los órganos del cuerpo, por lo cual prefieren buscar otras alternativas de salud, las cuales pululan por doquier y las hay desde simples tés que cuestan 5 pesos la bolsita en el mercado, hasta productos con una  mercadotecnia de cadena o pirámide, productos “naturales” que se ofertan como complementos  alimenticios, para excluirse de posibles consecuencias en su uso frecuente.

Todos los productos anteriormente mencionados son naturales y aún cuando no curan al igual que la medicina de patente son extremadamente costosos. Es por demás visible que lo único de lo que se trata es de lucrar unos con otros, lo terrible de esta realidad es cuando se presenta una leucemia o un cáncer en una familia que vive en la montaña o la sierra de nuestro país, lugares donde la gente apenas saca al día para mal comer, estás personas nunca va a tener ni para medicamentos y atención especializada que es de costo muy elevado, ni para comprar productos que pudieran ayudar a sobre llevar la enfermedad, la realidad es que en general, médicos, laboratorios, farmacéuticas, productos naturales, terapeutas, curanderos o brujos todos buscan lo mismo, llenar sus bolsillos a costa de la salud, el dolor, el pesar de los más vulnerables y necesitados, muchas de las veces únicamente venden paliativos, “pastillas” de azúcar, diciendo que va a eliminar la dolencia y la mente es tan poderosa que por un tiempo funciona, pero como no hay nada que eliminé la enfermedad el organismo continúa decayendo y ¿Qué es lo que dicen? ¿Cuál explicación o justificante dan para limpiar su conciencia? Dicen, es que llegó tarde conmigo, la enfermedad ya está muy avanzada.

La realidad es que no hay nada que cure las enfermedades, o por lo menos no en el extracto social medio bajo, es muy probable que, en la elite, allá donde el dinero corre a raudales, allá donde no saben de carencias, donde todo abunda a manos llenas, ahí si debe existir la cura de todas las enfermedades.

En ese mundo tan distante de los simples mortales de la sociedad media baja, esa realidad donde casi no hay enfermedades y si las hay son tratadas a tiempo y se curan, para todos los demás es una utopía, algo irreal, un mundo de ensueño donde hay lo necesario para poder acceder a los productos o medicamentos o transportes o lo que sea que permita a las personas pudientes de la elite que puedan continuar con su vida cómoda y feliz.

El mundo debería ser más equitativo y que en lugar de que unos quieran aprovecharse de la salud de otros lucrando con su supuesta sanación, debería ser que se realizan estudios socioeconómicos para determinar quién tiene posibilidad de pagar por la medicina o los productos caros lo haga, y quién no tiene ese recurso aún así la empresa, el médico o quién sea tenga el buen corazón de donar lo que sea necesario para la sanación del enfermo, pero, sobre todo, que todos nos preocupemos por fomentar la salud creando esa cultura de auto cuidado personal para enfermar lo menos posible, eso es solo una utopía, sería un mundo libre de egoísmos, un mundo que en nuestra realidad no existe.

Tristemente una persona humilde con un cáncer, con una diabetes muere en poco tiempo, aún cuando se haga hasta lo imposible acordé a las posibilidades que se tienen a mano, y lo que tal es un tanto cruel es que en ocasiones ofrecen productos que prometen por ejemplo a una persona débil visual que va a recuperar la vista y con la ilusión de que así sea entran a consumir el producto, tal vez tenga mucho que ver la fe, la confianza y la fuerza de la mente, porque ya sabemos que la mente puede mover montañas y aún cuando algunos lo duden la mente puede sanar mediante paliativos, esa es una realidad comprobada científicamente, nuestro cerebro es muy poderoso, solo debemos aprender a qué trabaje en nuestro favor.

Aboguemos por hacer realidad el articulado constitucional que en el articulo cuarto define el derecho a la salud como eso, un derecho y no un privilegio, que la condición socioeconómica de las personas no sea más, el detonante para vivir en una condición de precariedad en el tema de la salud, los avances logrados en este gobierno habrán de continuar en el que viene para hacer efectivo, no como un privilegio, sino como un derecho, el acceso a la salud, citando al general Felipe Ángeles, nos manifestamos totalmente de acuerdo con él cuando afirmaba que, “EL PRINCIPAL DERECHO HUMANO ES, EL DERECHO A LA VIDA”

Elena Velázquez Lobatón/Elena de Troya/Chilpancingo Guerrero México/25 de diciembre de 2023