26 de abril de 2024

Perspectivas de la vida| Por Elena de Troya

Elena de Troya nos comparte una serie de reflexiones, sus textos evocan el llamado de atención frente a quienes viven una discapacidad. Elena de Troya es una gran guerrera que con su trabajo fustiga la mente de sus lectores a través de la razón.

La vida es tan enigmática a veces y nos presenta situaciones que tenemos que aprender a enfrentar, nada es sencillo, pero la actitud con que se enfrenta es determinante para saber disfrutarla. Los dichos son muy sabios y uno de ellos dice “cada cabeza es un mundo”, y un mundo muy diferente de percibir y vivir la vida, para saber vivirla influyen muchas cosas desde el hogar donde se nace, los padres que nos tocan, la educación que se recibe, el entorno que nos rodea, los amigos que tenemos, la pareja con quién se formará una nueva familia, etc.

La convivencia entre los seres humanos es muy compleja dado que, como decíamos, cada cabeza es un mundo, las relaciones entre personas con capacidades diferentes es aún más compleja, en este artículo, trataremos de ver la vida desde la piel y el corazón de cada una de estas mentalidades, una persona sana e independiente y una persona con discapacidad y ciertas limitaciones.
Las actividades del día a día para una persona normal son algo natural y común de hacer, cargar un balde de agua, cambiar un foco, cargar una caja de libros, insertar una aguja, preparar una deliciosa comida, tantas actividades que, por cotidianas parecen muy sencillas de realizarse.

Esas mismas actividades que son tan fáciles de realizar, las personas con discapacidad también las pueden hacer, pero con mayor dificultad, no es un reclamo ni de mostrar resentimiento hacia los demás, hacia la sociedad, se trata de hacer nacer en cada corazón, de cada ser humano un sentimiento de concienciación y solidaridad, por ejemplo, una persona invidente puede cocinar, pero para ella implica un riesgo mayor, una persona de baja estatura puede cambiar un foco pero corre riesgo de caer ya que para alcanzar tiene que subir y utilizar herramientas que le ponen en riesgo, en otra circunstancia una persona invidente puede insertar una aguja pero corre el riesgo de que se le caiga y no la puede volver a encontrar y así muchas otras cosas que para la gran mayoría es sencillo realizar pero para personas con ciertas limitaciones no es tan fácil hacer, más sin embargo para las personas con alguna discapacidad no es imposible hacer las cosas comunes aunque es más sencillo cuando se cuentan con las condiciones requeridas para realizarlas, una persona invidente lo que requiere es que los demás respeten el lugar donde ellos colocan por ejemplo un vaso porque él invidente sabrá dónde está pero si lo mueven es perderlo y tiene de nuevo que buscarlo, tal vez parezcan cosas simples y tontas pero para un invidente son esenciales para tener una buena vida.

Dentro de la sociedad de los normales hay personas insensibles ante los discapacitados, pero también hay un grupo de los que consideran que los discapacitados tienen las mismas capacidades que los demás y que pueden y deben ser tratados como personas completas en todos los sentidos, estas personas no tienen consideraciones especiales hacia los discapacitados, pero eso no indica un mal trato para ellos, simplemente quieren que no se sientan especiales o diferentes, a su manera hacen lo posible por integrar a los discapacitados en la sociedad.

Todo lo anterior es con la intención que quede claro que a pesar de las distintas discapacidades que pueden afectar a una persona al final y dependiendo mucho de la actitud de los discapacitados y de los normales, todos somos iguales y todos podemos realizar las mismas cosas y vivir la vida con la misma intensidad, el hecho de que una persona sea discapacitada no quiere decir que no tiene el sueño de viajar, de estudiar, de trabajar, de practicar algún deporte, los ejemplares deportistas mexicanos que, en los llamados Juegos Paralímpicos llegan siempre cargados de medallas y reconocimientos, de bailar de interactuar con los demás, de enamorarse y ser feliz, la vida puede y debe ser bella también para estas personas con discapacidad, y si dejara de encontrar el con que algunas personas los tratan sería un mundo más perfecto.

En una sociedad como la nuestra, con una enorme desigualdad, los pensamientos y percepciones son, muchas veces condicionados por esta desigualdad, se piensa que las personas que están en los estratos mas altos en cuanto a posibilidades económicas y sociales, pues se les debe valorar mucho si pasan por trances de dolor, hay una consideración muy especial si fallece o tiene un percance una persona de este estrato, por lo contrario, se piensa que, la gente pobre, digamos que ya esta acostumbrada a vivir con el dolor, que si pierden a un ser querido, pues dado que no tiene una gran vida social, no son conocidos, pues el dolor que sientan sus familiares y amigos, no puede compararse con el que se siente por personas en otras condiciones, esta misma percepción se advierte en tanto se trata de personas con discapacidades, no se valora igual su grado de sufrimiento, tampoco, mas que para viralizar en redes, se valoran los múltiples momentos de gozo que, con enorme esfuerzo se generan en el día a día, esta comunidad no exige, esta comunidad hace un llamado a la igualdad, la fraternidad y la empatía, como dije antes, que tal si entendemos que, todos, que todos somos iguales.
Elena Velázquez Lobatón/Elena de Troya/Guerrero México/02 de mayo 2023