2 de mayo de 2024

LA VISTIMA|Por Arturo del Bosque

Debido al veredicto en el que, por unanimidad, el otrora poderoso secretario de seguridad pública en el sexenio de Felipe Calderón fuese declarado culpable de los cinco causas criminales por la cuales fue juzgado y en espera de que el juez Brian Coghan dicte sentencia, allá por el mes de junio, sucedió en México algo muy previsible, el silencio cuando no la defensa pueril de la prensa, la mayoría de ella, la apología del delito y el intento por descalificar a los testigos que presentaron los fiscales estadounidenses, diciendo que eran delincuentes todos ellos, efectivamente, eran los delincuentes quienes sobornaron a García Luna, no lo hacían personas de bien, por obvias razones.

Hasta antes del veredicto, sujetos de micrófono a la venta como Leo Zuckerman, María Amparo Casar entre otros, en entrevistas a modo al ex presidente Calderón se llamaban a sorpresa, que no les cuadraba que después de los reconocimientos y loas de las agencias gringas, el procesado hubiese incurrido en esas conductas, María Amparo decía que no había ninguna prueba documental, audios o videos y que el único crimen acreditado en todo caso, sería el de mentir a las autoridades estadounidenses, para obtener su residencia como ciudadano americano, que era un delito menor y que, con seguridad saldría caminando de la corte.

El evento más ridículo fue el del periodista, Raymundo Riva Palacio, “Dicen que le dieron un soborno a García Luna por un millón y medio de dólares con billetes de 100 dólares, bueno, un millón de dólares son 10 mil fajos de 100 dólares cada uno, pero dice que se los llevó en una maleta, que es una maleta de chorizo, que es como una maleta que se lleva a un gimnasio, no nada más no cabe, pesa una tonelada”, comentó.

Ante los comentarios de Riva Palacio, el presidente Andrés Manuel López Obrador lo exhibió, y dijo que una maleta con un millón y medio de dólares no pesa una tonelada.

“Un billete de 100 dólares pesa un gramo, y son 10 mil billetes, ¿cuánto pesa? 10 kilos”, comentó.

Esta fue la tónica de la cobertura del juicio de García Luna, nada extraño en una prensa sicaria y al servicio de los poderosos que, por décadas, se enseñorearon y ostentaron como dueños y amos del país.

Sin embargo, el colmo del cinismo, como era de esperarse, corrió a cargo del expresidente Felipe Calderón, cínico y desmemoriado, puso kilómetros de distancia ante lo que se le avecinaba o más bien, de lo que se le avecina.

Como cuenta con una prensa alcahueta y ruin, ha pasado medianamente desapercibido en la multimedia, sin embargo, vano su esfuerzo, una encuesta muestra qué, el 84 por ciento de los mexicanos, está de acuerdo en que se le juzgue e indague su grado de responsabilidad por el actuar de su secretario de seguridad y operador principal de su fallida estrategia de seguridad.

El recurso facilón, han politizado el caso y buscan afectarme, afectar que, si ya no le quedan más que fanáticos, personas estupidizadas por la multimedia y qué de por sí, albergan los más ruines sentimientos, la ira, el odio, el gusto salobre de la sangre. Qué más le queda a Calderón, tanto él como Fox han sido, a más de pésimos gobernantes, tipos sin estela, sin que, que ni siquiera han concitado el desprecio de una sociedad que, simplemente, les pasó de largo.

Cuánta hipocresía, cuánto dolor y sufrimiento en vano, quien se ostentaba como valiente guerrero en pro de la justicia, era un tipo que había designado para que le diseñara una estrategia de seguridad, a un torvo sujeto, emanado del drenaje del poder, su paso por el sexenio de Fox ya prefiguraba lo que, a la postre fue con Calderón, el engaño, la complicidad criminal, el discurso falaz, los muertos, el llanto, México convertido en un camposanto.

Solo siete horas después de que se diera a conocer el veredicto, Calderón escribió un texto en el cual pretende desmarcarse, asumirse como virtuoso gobernante y feroz combatiente de los criminales, la realidad le grita otra cosa, cómplice, asesino y traidor a la patria, enano espiritual que, nunca fue más feliz que cuando los desfiles militares, eufórico, vivaz, con esa sonrisa , mueca de desprecio, la cobarde felonía de quien ostentaba un poder que no debió ostentar nunca, solo una oligarquía obtusa, miope y estúpida como la que mandaba en México en el 2006, pudo imponer a un político, gris, mediocre y con afanes asesinos, que gobernó de espaldas a la gente, colérico, vengativo, amurallado, bajo el influjo de vapores etílicos tiñó de sangre la geografía nacional, con el manto y eL velo protector de los parlanchines que hoy, agazapados, pretenden descarrilar el proyecto transformador, como si una mosca fuese capaz de perturbar el majestuoso vuelo del águila.

“Soy un hombre de leyes y respeto los tribunales………como presidente de México, estuve siempre del lado de la justicia y la ley y estaré siempre del lado de las víctimas”, cuanta falacia, cinismo y desvergüenza, desde su fraudulenta llegada a la presidencia violando en forma flagrante la ley electoral, hasta el llevar a cabo una guerra ilegal, sin sustento constitucional y sin ninguna consideración en tratándose de derechos humanos, que siempre estará del lado de las víctimas, cuando en su sexenio se instauro de facto la pena de muerte, los asesinatos a manos de el ejercito, la marina y la policía federal, los casos, por sangrientos y lamentables no serán reseñados en esta modesta columna.

“Como presidente de México luche con toda determinación en contra de la delincuencia, con la ley en la mano, sin dar tregua ni hacer distinción entre grupos”….. Pequeño detalle que obvi el expresidente Calderón, quien era responsable de la estrategia, Genaro García Luna, jugaba en el equipo rival, aunque precisando, no, jugaba en su equipo, EL CARTEL DEL PACIFICO.

Fabricio Mejía Madrid desnuda esta gran mentira de Calderón, la no distinción entre grupos del crimen, detalla lo siguiente, “De los 121,000 detenidos en el sexenio de Calderón solo fueron enjuiciados 1,306, poco más del 10 por ciento del total de detenidos, es decir de cada diez personas que vimos en la televisión esposados y con paquetes de cocaína como escenografía, solo uno de ellos fue realmente a la cárcel, de estos, la mitad fueron de los zetas, 609, otros 223 de los Beltrán Leyva, 145 de la familia michoacana, 135 de Tijuana y tan solo 114 del Cartel del Pacifico, es decir solo el .009 por ciento de todos los detenidos,”, Quien en su sano juicio no advierte la perversa operación que llevo a cabo el gobierno de Felipe Calderón para debilitar y exterminar a los enemigos del jefe del cartel de Sinaloa, Joaquín Guzmán, el Chapo, narcotraficante favorito de los sexenios panistas, la evidencia es contundente, pusieron a la orden de los criminales, de un grupo criminal, a las fuerzas del orden, de los niveles federales, los policías estatales tenían sus propias dinámicas, dé venta de plazas, asociaciones delictuosas , tal como las mafias se repartían, en los Estados Unidos de Capone, territorios, autoridades, jueces y seudo periodistas.

Podríamos seguir desmenuzando el libelo publicado por Calderón, en verdad no vale la pena, solo señalar que, en la lógica de la derecha, de la prensa , del hampa del periodismo, se apuesta de nuevo a la estrategia del espejo invertido, tal como en el 2006 lo hicieron para intentar convertir en debilidades las fortalezas del hoy presidente, ante una manejo responsable de las finanzas se difundió la falsa idea de que había endeudado la ciudad, ante el combate a la corrupción, se uso hasta el cansancio el video de Bejarano recibiendo dinero para equipararlo con el entonces jefe de gobierno y tacharlo de corrupto, por aquel entonces se decía que era imposible que López Obrador no estuviese enterado de lo que hacia su ex secretario particular, Rene Bejarano, hoy intentan convertir en fortaleza, la traición, la burla del expresidente Calderón al haber iniciado una guerra, un falso combate a la delincuencia cuando en realidad solo se combatía a los enemigos del chapo , vano intento, Felipe ha sido señalado por los mexicanos y en su caída arrastra al azul pálido, al partido acción nacional, partido qué en sus orígenes se conceptualizaba a si mismo como el partido de la gente buena, hoy, el estigma de Genaro García Luna y Felipe Calderón será rueda de molino que, atada a la cerviz de ambos, arrastrara a buena parte de los conservadores, al lodazal del desprestigio y la condena, el 21 de febrero, será recordado como el día en que se expide, por razones de historia y humanismo, la carta de defunción del PAN, como acto postrer fueron a marchar al zócalo, hoy se gobierna bien, que tal qué los oligarcas salieron a marchar bajo el sol, el inclemente sol, mientras el pueblo les ve, por televisión, tomándose una cervecita.