INEficientes, INEficaces e INE… “quitatitivos”
El presidente se lanzó en días pasados un señalamiento que no se anduvo por las ramas, para denunciar el manejo discrecional que EL INE y sus autoridades están haciendo con su postura de árbitro de cara a la Elección más grande de nuestra historia.
El asunto ya venía calientito, pues en medio de ese huracán estuvo la candidatura de Félix Salgado Macedonio, ave de tempestades, que, viéndolo desde otro lugar, y si el caso era afectar a Morena, convenía más dejarlo de candidato…
Pero el caso no es ese, sino que, el retiro de las candidaturas de los morenistas Félix Salgado Macedonio y Raúl Morón en un alarde de “puntual” aplicación de la ley, deja muchas sospechas, sobre todo en medio de la discusión que ha venido generándose entre el Primer mandatario y Lorenzo Córdova Vianello, titular de la institución electoral.
A la vera de estas disputas ha estado la aplicación de la consulta por parte del INE, ya que ellos alegan no tener presupuesto para aplicarla. Y ahí es dónde, si jalamos la hebra podem. os inferir de donde viene el encono de don Lorenzo. Ya que, después de contar con manga ancha y uno de los presupuestos más generosos, el recorte del 50% a su presupuesto, como parte de una política de austeridad aplicado a todo el aparato federal, pues nomás no les pareció y ahí empezó el jaloneo.
Definitivamente nadie los va a bajar de su macho, en el sentidos de que están siendo justos, y la ley, o el uso de ella los ampara, pero viéndolo desde otro lugar, este caso se parece mucho al de un “hipotético” y nada ético agente de tránsito que en medio de su proceder corrupto, te detiene y le va buscando a tu carro a ver que le encuentra para infraccionarte, pero, no solo eso, sino que si puede…llama al corralón para que la ganancia sea mayor, aunque pensándolo bien, y si seguimos en este ejemplo, lo que hace el INE más bien, es no dejarte no que te subas al coche.
Todo sea por una democracia que esperemos se aplique parejo y si es el caso, se reflexione y se mejore para crear leyes, no a modo, pero sí, donde impere el sentido común y la priorización de lo importante sobre lo urgente.