En 1946, en vísperas de la inminente derrota del ejército nazi, en la devastada Alemania, aún había sectores que fanatizados y ciegos esperaban una victoria a todas luces imposible; decían casi en secreto, a quien les quería escuchar, “no se preocupen, nuestro Führer tiene un arma secreta, nadie la conoce; pero con esa arma destruirá a los enemigos de Alemania”. Y se quedaron así, esperando la aparición de tal arma secreta, si existió o no, es tema para otro debate.
Esto viene a cuento, para recordarnos que cuando la realidad es tan abrumadora en señales y acontecimientos, ocurre lo que el Dr. Hugo López Gatell señaló en un debate parlamentario: la Disonancia cognitiva, la realidad escapando a nuestra comprensión y a la necesidad de algunas personas, de tratar de adaptar la realidad a sus preceptos y juicios mentales e ideológicos.
Situados en esta tesitura, acudamos de nuevo a una remembranza histórica: la derrota de los alemanes en la segunda guerra mundial. Hollywood nos ha hecho creer que la derrota nazi, se precipitó a partir del desembarco en Normandía, en la costa francesa; falso. Cuando ocurrió el desembarcó de las 160,000 tropas, en Berlín ya ondeaba la bandera del todopoderoso ejército rojo, que había replegado a la hasta entonces imbatible blitzkrieg,-la guerra relámpago alemana-, desde el rio Volga al Rhin en Alemania. El imparable avance del ejército ruso fue devastador y fue la causa principal de la derrota del ejército alemán, para fortuna de la humanidad entera.
Guardando las debidas proporciones, en nuestro México lindo y querido, se prefigura un escenario que pudiera presentar ciertas similitudes con dicho acontecimiento histórico; el triunfo del ejército ruso sobre los alemanes y la miopía de quienes se quedaron aguardando por el arma secreta, que no era otra cosa que la bomba atómica, en cuyo desarrollo Estados Unidos también estaba trabajando, con el proyecto Manhattan dirigido por J.R. Oppenheimer, físico de origen judío-alemán, que finalmente ganó la carrera y permitió poner fin a la II Guerra Mundial con el
bombardeo de Hiroshima y Nagasaki.
Cual maquinaria de guerra, en nuestro país y en muchos otros, se desplegó una ideología depredadora, inhumana y devastadora para el medio ambiente, que generó una inmensa pobreza en amplios sectores de la población y privilegios para unas minorías rapaces.
Sin tanques ni soldados, esta maquinaria llamada Neoliberalismo, ha causado quizá más daño que aquél conflicto bélico, ya que, a diferencia de entonces, éste viene enmascarado, camuflajeado con palabras y discursos que abogan por las libertades, el progreso y la modernidad y bajo estas premisas, se empobreció a los pueblos, se ha depredado casi hasta un punto de no retorno el medio ambiente y lo más lamentable de todo, ha condicionado ideológicamente a una parte importante de la humanidad, que vé en cualquier intento por revertir esta ideología o doctrina económica, un intento por regresar al pasado, como si el tratar de dar prioridad a los más necesitados fuese un signo de atraso, falto de modernidad.
Para fortuna de nuestro país, la marcha del pueblo hacia otro destino es inocultable; es un avance que en menos de una década ha cambiado por completo el rostro a nuestra economía, a la relación con los sectores más desfavorecidos y ha sentado las bases para lograr una consolidación de este proceso histórico de transformación, que el presidente ha definido como la IV TRANSFORMACION¹. En referencia a las tres grandes transformaciones que le precedieron; la Guerra de Independencia, la guerra de Reforma y la patria restaurada y la Revolución Mexicana.
En números, este movimiento de transformación ha pasado de gobernar cero entidades federativas en 2018 ha gobernar actualmente en 23 estados de la República! Tomando en cuenta el censo poblacional del 2020, se gobierna a más de 90 millones de mexicanos, que representa al día de hoy, el 72% de los mexicanos, cifra que jamás alcanzó el que fuera por décadas el principal partido de oposición, el desgastado PAN, hoy sujeto a la voluntad de un tipejo llamado Alejandro Moreno Cárdenas.
Además, se tienen amplias posibilidades de consolidar mediante el ya cercano proceso electoral, el triunfo de este movimiento en la figura de la Dra. Claudia Sheinbaum, lo cual constituiría a más del hecho histórico de tener por primera vez a una mujer al frente del poder ejecutivo, emular al ejército ruso que replegó a los nazis del Volga al Rhin, el movimiento ha replegado en nuestro país al conservadurismo, a los políticos corruptos y farsantes, que serviles con los poderosos dominaron por más de 36 años la escena política en México, cuyos daños están a la vista, en cuanto a seguridad, atraso educacional, falta de movilidad social y empobrecimiento general de la población. Arrinconados, deliran hoy con su arma secreta.
Como hemos dicho en pasadas colaboraciones, un grupo de oligarcas, ajenos a la población y obnubilados por una corte de intelectuales orgánicos encabezados por Enrique Krausse, Héctor Aguilar Camín y el infumable Jorge Castañeda, decidieron imponer mediante un proceso burdo y chafa, a Xóchitl Gálvez como candidata a la presidencia de la República, bajo las siguientes premisas: la población mexicana es en su mayoría chafa y vulgar, ergo pongámos un perfil chafa y vulgar, para que, por identificación e imitación, tengamos el arrastre que con cualidades diametralmente opuestas, ha tenido el Movimiento de Regeneración Nacional en la figura de su máximo dirigente, el presidente Andrés Manuel López Obrador.
La estrategia mediática que acompañó esta imposición de un grupo de oligarcas, se empeñó en dejar de manifiesto, que tal perfil había surgido de la entraña misma del pueblo. Para Krause, Xóchitl no representa al pueblo, Xóchitl es el pueblo mismo; otros, en el desvarío y la locura, la catalogaron como la reencarnación de la santísima virgen de Guadalupe! Así de excesivos fueron sus desvaríos.
La terca realidad, – como otrora el avance implacable del ejército ruso -, nos remite al avance igualmente implacable del Movimiento de Regeneración Nacional, impulsor de esta IV Transformación.
Dadas las evidentes limitaciones del perfil seleccionado por el grupo de oligarcas miopes y tarugos, lo que la prensa se afanó en construir como el fenómeno Xóchitl Gálvez, en cuestión de semanas, ha quedado como un globo desinflado, que en declaraciones patéticas va perdiendo más y más presencia y figura.
Esta abrumadora realidad, ha provocado que sus estrategas echen mano de una brillante táctica: callarle la boca a su candidata, mandarla a un exilio político a los Estados Unidos y sacarla del imaginario popular, mientras cavilan cómo resarcir el daño que la misma Xóchitl ha causado a su pretendida figura disruptiva, que pretendía contar con una alta competitividad electoral.
En la desesperación por la abrupta caída del personaje, sus estrategas han optado por ponerle voceros, figuras que como una suerte de damas de compañía, le hagan la corte, sólo que no hay perfiles adecuados para cubrir su incapacidad política, menos con perfiles perdedores como Margarita Zavala y Josefina Vázquez Mota.
Las señales son inequívocas, la marcha triunfante del movimiento de transformación, se perfila como invencible, la candidata a la presidencia por el movimiento de regeneración nacional tiene un comportamiento totalmente opuesto al de la candidata de la derecha, no por marketing político, sino por congruencia política, y por el enorme respeto que, al Movimiento y su candidata, le concita el pueblo de México, ese imaginario que, en su profunda ignorancia, los oligarcas y sus alfiles desprecian y toman por menores de edad, manipulables e ingenuos.
Los resultados de esta inminente contienda prefiguran ya la derrota del llamado Frente Amplio por México en su delirio imaginan un arma secreta, que ya no es tan secreta. En referencia a la candidata del movimiento de regeneración, lelos y retardados dicen: “CLAUDIA NO ES MEXICANA”. Apuesta suicida, semejante a que estuviese la oposición al borde de un abismo, agarrados sólo, de los destos de un mosquito.
JESUS ARTURO DEL BOSQUE DE LA PEÑA/OPINION/SALTILLO, COAH/02 DE OCTUBRE 2023
