27 de abril de 2024

DE EXQUISITOS Y TRAIDORES| Por Arturo del Bosque

En estos tiempos, más de venturas que de desgracias y calamidades, aun y cuando se ha sufrido, lo ha sufrido el mundo entero, la crisis de salud y económica mas grave de los últimos cien años, el país navega vigoroso, hay rumbo y conducción acertada.

Sin embargo, como dijimos en pasadas colaboraciones, el riesgo mas apremiante del movimiento, no lo representa la oposición, ni la prensa corrupta y parcial que se padece, tampoco los grupos económicos que, desprovistos de sus contactos y cómplices en el gobierno, han entendido que, a las vencidas, no se le gana al presidente, lo representan los obradoristas que, por afanes de vanidad, interés, ausencia de verdadero compromiso y de una soberbia sin limites se empeñan todos los días en buscarle peros al movimiento, exquisitos y traidores, con el ropaje de la falsa dignidad, fraguan las mas viles canalladas en contra del movimiento, los pretextos, el que sea, con tal de que se imponga su verdad, así se descarrile el movimiento.

Es nuevo este fenómeno, no, lo han padecido todos los esfuerzos y anhelos colectivos que, en diversos momentos de la República, han enfrentado a estas expresiones, ya radicales, ya sectarios y dogmáticos, los que, ataviados de pasamontaña y pipa, se les agoto el discurso y hoy fieros detractores de la cuarta transformación, han llegado a la amenaza de las armas, tristemente ya ni la prensa enemiga les pone atención.

Recordando el año del triunfo de el ejercito liberal y del patricio Benito Juárez en contra del ejercito conservador, lejos estaba el benemérito de imaginar los problemas que esta sufrida victoria le depararía al presidente y al país entero.

Si la situación del presidente en Veracruz fue difícil, la de ciudad de México lo sería todavía más. Su propósito cardinal era consolidar el gobierno y establecer la paz; pero desde el primer día pudo observar que tenía ante sí problemas abrumadores: la política exterior cada vez más borrascosa; la política interna que dividía a los vencedores en incontrolables fracciones; la penuria del erario y el enjambre de gavillas que desde el 1º de enero del año 1861 se hicieron sentir con mil desmanes y no lejos de la capital.

En la política interna sobresalía la actitud de los exaltados que obligaron a Juárez a mudar de gabinete apenas a nueve días de su entrada; exigíanle, además, una conducta enérgica con el enemigo y mayor premiosidad para atender los asuntos públicos.

Era patente la falta de unidad entre los liberales; muchos no veían en Juárez sino al letrado convertido en presidente por una fórmula constitucional, pero no por el mandato del pueblo y, adelantando osadamente su crítica, le negaban aptitud, diligencia, energía, comprensión de los problemas y hasta lo que más tenía, carácter.

El Congreso, compuesto por liberales sin la dirección de un partido organizado, se convirtió en el problema fundamental de la política interior; los diputados se dieron a más y mejor a vituperar hoy a un ministro, mañana a otro; en este día se atacaba una disposición y al siguiente se enjuiciaría otra, sin que el Presidente mismo se escapara en ese maratón oratorio, en el que la calidad del diputado se medía por su acometividad para censurar un gobierno que nunca ejerció la más leve amenaza.

Cuando los diputados, inflamados por una absurda actitud de censores y celosos defensores de la letra mas no del espíritu que, a manera de documentos fundacionales se dio la Republica restaurada, cuando mas viscerales y agresivos se comportaban contra el presidente Juárez, a las costas de Veracruz arribaban amenazantes las flotas españolas, inglesas y francesas.

No es necesario abundar en este capítulo, del cual se emerge triunfante, a pesar de los lastres, delaciones, traiciones y mezquindad de no pocos actores políticos.

Regresando a nuestros proceres de la independencia, también sufrieron de toda suerte de traiciones, estos pagaron a los pocos meses de iniciada la lucha por la independencia, con su vida misma, años de luchas fratricidas, pasar de un imperio a la república, casi una década de sufrimientos y penurias para la naciente nación.

Que decir de la traición al apóstol de la democracia, de esos pasajes que uno quisiera borrar de la historia de México, embozados, ruines y miserables se cobraron con la sangre de Don. Francisco I Madero, de José María Pino Suarez y del martirizado Gustavo Madero, hermano del presidente del mismo apellido, felonía que, hoy en día, nos llena de una profunda vergüenza.

El movimiento de regeneración nacional como resultado de grandes esfuerzos, no se ha visto exento de traiciones, de zigzagueos, de oportunistas, sectarios y lo que llamamos exquisitos. Difícil saber cual de todos estos personajes es y ha sido mas pernicioso para el movimiento.

Es a partir del año 1988, año en que se cimbró la estructura corporativista del régimen, se evidencio que su poderosa maquinaria electoral no era invencible y a decir de muchos, el otrora partido invencible, el PRI, fue derrotado en las urnas, por una ciudadanía que vio en la candidatura del Ing. Cuauhtémoc Cárdenas una esperanza de cambio real, como decía el lema de aquel entonces, “JUSTICIA YA, PATRIA PARA TODOS.”

De este gran movimiento, sin olvidar que, las huelgas de los médicos, los grandes movimientos estudiantiles vilmente reprimidos por la bota y el fusil, nuestros mártires del 68 y del jueves de corpus del 1971, de esos grandes esfuerzos y rebeliones espontaneas y genuinas, se fue nutriendo un movimiento muy amplio de izquierda, se transitó a la lucha electoral pero ya no testimonial, ahora se competía para ganar.

En 1985, el país sufrió de un evento de la naturaleza que enlutó a miles de familias en el entonces DF, un terremoto devastador que, entre otras cosas, exhibió la pobreza y la poca capacidad de reacción de un gobierno federal rebasado que, pasmado fue testigo de como la gente en forma solidaria y fraterna se hizo cargo del rescate de heridos y de personas fallecidas, esa sociedad que, ante la incapacidad del gobierno para dar respuesta, se entendió a sí misma como un ente capaz, no solo de estas heroicas acciones, se dio cuenta de que organizados y militantes podrían modificar una forma de hacer política basada en la corrupción, el despilfarro y la indolencia de gobernantes faraónicos, corruptos y sumamente prepotentes.

Es en 1997 cuando esta ciudadanía consciente e informada le cobra la afrenta al gobierno federal y ante el cambio en la forma de elegir al jefe de gobierno que, era designado por el presidente de la república, se elije al Ing. Cuauhtémoc Cárdenas Solorzano como primer jefe del DF electo, con un periodo de gobierno acortado por la cercanía de la elección presidencial del año 2000, el Ing. Cárdenas renuncia a la jefatura nombrando en su lugar a la Lic. Rosario Robles Berlanga, en atención de tiempo no haremos más comentarios acerca de  este personaje.

Es en ese mismo año, el año 2000 en que una quimera llamada Vicente Fox gana la presidencia de  la Republica derrotando al PRI en un suceso que no modificó en nada ni las estructuras de poder ni la forma de hacer política, pero es en ese mismo año en que el entonces aguerrido PRD y otros partidos afines, lanzan la candidatura a jefe de gobierno de el Lic. Andrés Manuel López Obrador, un joven político muy aguerrido que había hecho una gran labor política y social en su natal Tabasco, que luego en el DF se había convertido en presidente del PRD y obtenido los mejores resultados que, hasta entonces había obtenido ese partido joven y lleno de vigor y enjundia, como dice la canción, da tristeza recordarlo.

En el ejercicio de su gobierno y ante el éxito del mismo, los poderes facticos enarcan las cejas y advierten de manera temprana, que el ascenso del jefe de gobierno en popularidad y aceptación, podría significar a la larga un peligro para sus fines y privilegios, para la clase política era un funcionario disruptivo, hacia conferencias diarias de prensa a las seis de la mañana, obra pública sin precedente en décadas y la implementación de programas sociales y una política de austeridad y combate a la corrupción.

El jefe de gobierno Andrés Manuel López Obrador sufre el embate del poder, el intento desquiciado de Vicente Fox y demás poderes tanto legales como facticos, las televisoras, los medios, las cupulas de los partidos, en fin, una maquinaria implacable enfrentando a un político que les significaba, ante todo, un miedo atroz.

El poder del dinero, medios y quizá algunas fallas en la estructura de la defensa del voto, dilataron la inevitable llegada del hoy presidente de la república, un fraude colosal impuso a Felipe Calderón, quizá lo peor que le ha pasado a este país en décadas, luego ante la complacencia de la autoridad electoral Enrique Peña Nieto, un producto de Televisa, compra la presidencia en 2012, es hasta el 2018 cuando llega a la presidencia un político por decisión de las mayorías, no como los que le precedieron que eran impuestos por las minorías rapaces.

El enorme caudal de votos que lleva al Lic. Andrés Manuel López Obrador a ocupar la silla presidencial, le otorga una gran capacidad de maniobra, mayorías legislativas y una profunda base social que, se ha ido incrementando y consolidando a lo largo del sexenio, a pesar de la inmunda guerra sucia que se padece  encabezada por la prensa corrupta y mendaz, grupos de poder como el que encabeza el junior Claudio X González, jefaturando a la peor laya de partidos de oposición que se hayan visto en la historia moderna de México.

El movimiento de regeneración nacional, hubo de dotarse de un instituto político para dejar de depender de los traicioneros dirigentes del casi extinto PRD, este instituto es el morena, el partido que ha logrado las mas impresionantes victorias en un tiempo muy corto de vida y que es el instituto que al movimiento le permite convertir mayorías sociales en mayorías políticas, informar, organizar y participar en procesos electorales, concientizar, acuerpar y dar cohesión teórica a este gran movimiento de regeneración.

Los afanes democráticos, la observancia de la ética partidista y la renuncia del presidente de la republica a ser además de presidente, jefe de partido, ha llevado al mismo a enfrentar situaciones muy complejas, los procesos para elegir dirigencias nacionales y estatales se han visto en la mayoría de las veces , enfrascadas en eternas discusiones, litigios electorales y segmentación de la militancia, es este quizá el eslabón más débil del vigoroso movimiento, lo es, no por falta de capacidad, lo es porque aquellos qué, faltos de trabajo de campo, de barrer colonias, pueblos y ejidos, se conforman con ser críticos eternos del partido, por quítame esta pajas ya andan poniendo denuncias y quejas ante el tribunal electoral, un tribunal faccioso que siempre resuelve en contra de  los intereses del partido, así se tenga que torcer la ley.

Es en la elección de candidatos a puestos de elección popular, por parte del partido, en donde se han presentado las mas grandes fricciones y se ha llegado a la ruptura, casos emblemáticos la designación por cumplir con la paridad de género se designó como candidata única a Marina Vitela, esto provoco el enojo del eterno aspirante Ramón Enríquez que, presumiendo contactos, presumiendo una supuesta simpatía del presidente para su persona, intentó apoderarse de la candidatura recurriendo a todas las instancias, ante su derrota legal se dedicó a hacer campaña en contra de la aspirante de morena y el resultado fue que se perdiera dicha elección.

Un caso más, quizá el mas doloroso para el presidente, la elección del candidato a gobernador por el estado de Guerrero, por vía estatutaria y al obtener el triunfo en la encuesta, el candidato de morena seria Félix Salgado Macedonio, dejando en el camino al delegado federal Pablo Sandoval Ballesteros, hermano de la entonces Secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval y nieto de Pablo Sandoval Cruz, un luchador social de Guerrero de quien el presidente López Obrador a decir de el mismo, tenía grandes recuerdos y le profesaba una gran admiración.

La ambición desmedida le llevo al candidato perdedor a hacer alianzas inconfesables para descarrilar la candidatura de Félix Salgado Macedonio, en este juego perverso, permeo la mano y la mente malévola de un exquisito, malévola de un exquisito del movimiento, un académico del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, EL Dr. John Akerman, esposo de la entonces secretaria de la función pública, Irma Eréndira Sandoval, pelearon con denuedo para hacerse de la candidatura , el presidente advirtió la traición y destituyo de su encargo a la hermana del candidato perdedor y, prudente, se guardo para sí, las evidentes acciones que, traicionando su estirpe, acabaron con la carrera política de la secretaria Irma Eréndira , es de ese evento que el académico  John Akerman se convierte en un fiero detractor de morena y especialmente de su presidente Mario Delgado, organiza foros, supuestas coordinaciones de militantes de morena, se pronuncia por la renuncia de Mario Delgado y su última gracia fue denunciar al presidente de morena en la Corte Interamericana de derechos humanos, un paladín que, si su cuñado hubiera sido designado candidato a  gobernador y eventualmente convertirse en gobernador del estado, hoy estaría pasando al lengua por salva sea la parte al mismísimo Mario Delgado, sin duda uno de los exquisitos más traidores y perniciosos al movimiento de regeneración y a la cuarta transformación.

Hoy nos ocupa la elección para gobernador en el estado de Coahuila, un estado en donde, al igual que en el Estado de México, nunca ha habido alternancia, el partido ha designado en base a un procedimiento estatutario al candidato de morena a la gubernatura, sin embargo uno de los participantes en la encuesta que, para definir a dicho candidato efectuó el partido, se revelo ante los resultados, mismos que fueron convalidados por dos casas encuestadoras de incuestionable honradez, Ana Cristina Covarrubias y Blanco Mendoza y asociados, además el presidente de la republica dio su aval al proceso y pidió que quienes participaron en la encuesta respetaran el resultado de  la misma, tristemente no fue así.

Lejos de mí, la intención de utilizar este espacio que generosamente se me concede, no abundare más en el proceso electoral de mi estado Coahuila, sirva solo como marco de referencia a el motivo de esta columna.

Hemos sido testigos de perversas narrativas que, de nuevo los exquisitos, los traidores al movimiento han desarrollado en un burdo afán de justificar lo que es a todas luces una traición al proyecto, al propio presidente de la república y al estado de Coahuila.

De cara al proceso sucesorio mas importante en la historia de la izquierda, estos seudo intelectuales, oportunistas y despistados, se han ceñido a un guion que les tiene cegados y fanatizados en torno a una figura que dimensionan como un político único e irrepetible, una de las narrativas es el de la imposición, sin sustento solo lo repiten como mantra, el otro, el supuesto empaque moral y ético que les ha obligado a buscar otros menesteres, otras alternativas políticas ante, la supuesta, imposición del candidato de morena, de esta manera se envía, desde Coahuila, un menaje ominoso de cara a lo que ya señalamos, la sucesión del compañero presidente López Obrador, cualquier aspirante, montado en el mismo macho que el de Coahuila, desconociera  los resultados y encontrara en partidos franquicia, en partidos familiares, acomodo para sus aspiraciones, dejándole a los partidos, la jugosa prerrogativa, motivo casi único por el que estos partidos luchan, aspiran y suspiran.

Además e igual de grave y reprochable a estos seudo militantes de morena lo es, la obsesión por descalificar y calumniar al presidente de morena, Mario Delgado, el hoy presidente de morena habrá de conducir y administrar todo el proceso sucesorio, de presidente de la república de nueve gubernaturas, de candidatos a las cámaras, de senadores y de diputados así como a aspirantes a una gran cantidad  de presidencias municipales, esta actitud revanchista y carente de toda legitimidad, les desnuda y muestra como lo que son, unos vulgares ambiciosos, prestos al reflector y al micrófono, se sienten iluminados y tocados por un halo de soberbia, pretenden que es solo su verdad, la única posible en el mundo, al final demuestran que el proyecto de transformación les importa un pepino, son de esos que solo por ganar un debate, están dispuestos a perder el objetivo, el fin anhelado, en su soberbia son miopes, no han advertido que el pueblo, la gente ha obtenido grados de madurez política y concientización como nunca antes en la historia de México, por tal que, fanfarrones solo quedaran así, como a los que con sorna se han llamado siempre, simples farolones.