25 de abril de 2024

Un éxito la VI cumbre de la CELAC encabezada por AMLO|Crónicas Ausentes|Lenin Torres Antonio

México fortalece su influencia en Latinoamérica y el mundo, encabeza una cruzada por la tolerancia y la integración de Latinoamérica, asume un histórico liderazgo perdido por los gobiernos neoliberales sometidos al imperio del Norte, que desdibujaron el papel protagónico que había tenido México para contener la doctrina Monroe (¡América para los Estados Unidos!), amparando a los perseguidos políticos de las dictaduras impuestas por los intereses económicos de los Estados Unidos en Argentina, Uruguay, Brasil, Paraguay, Cuba, Bolivia, entre otros países de América Latina y el Caribe, y de igual forma, encabezando la acogida de miles de republicanos perseguidos políticos y condenados a muerte por la dictadura de Franco en España.

Guiado por la doctrina Estrada del principio de no intervención y el derecho a la autodeterminación de los pueblos, así como, el respeto a la soberanía de los países del mundo, Andrés Manuel López Obrador encabeza la VI Cumbre de la CELAC (Comunidad de Estados de Latinoamérica y el Caribe), pensando que una América latina fuerte le conviene a los Estados Unidos, y para ello, propone a los Estados Unidos y Canadá un acuerdo para fortalecer el Mercado Interno de las Américas, dejar en el pasado la doctrina Monroe atravesada por una política intervencionista y abusiva en los países de Latinoamérica y el Caribe, y que viendo a futuro, principalmente, a la guerra económica con China y Rusia, expresa la certeza que es una anacronismo dibujar América entre países desarrollados y no desarrollados, y que el retrasó de los países de Latinoamérica y el Caribe es un hándicap para los mismos intereses del Imperio del Norte.

Basado en una política pragmática, Obrador asume el liderazgo y la voz de Latinoamérica y el Caribe, e insiste que a través del diálogo y el acuerdo se puedan resolver las diferencias sustanciales de las posturas ideológicas diferentes de los países de Latinoamérica y el Caribe, y pone las bases para iniciar el relanzamiento de un organismos como la CELAC que pueda sustituir a la inoperante y la agencia de los intereses de los Estados Unidos en que se ha convertido la OEA.

Muchos han ubicado tendenciosamente a Obrador como parte del anacronismo de la izquierda de la vieja América Latina, y han querido ubicarlo como un comunistas populista trasnochado, pero nada que ver, Obrador está demostrando que desde las ideologías en un mundo global capitalista, donde la economía está enfrente de la política, no se puede pensar en movimientos armados con una potencia armamentística como lo es Los Estados Unidos de Norteamérica, y propone optar por un papel pragmático humanista, que sin dejar de atender las desigualdades que ha generado la geopolítica en América Latina y el Caribe, convoca a una unidad económica de los países de América Latina y el Caribe con los Estados Unidos y Canadá, pero para ellos, sabe que los países de Latinoamérica y el Caribe deben dejar de hacer política desde los dogmas ideológicos, y entender que América Latina saldrá del retraso histórico en la medida que se integre y pueda hablarle de tú a tú a los vecinos del Norte, en base al respeto, la tolerancia y los intereses mutuos.

Es interesante como tan pronto el gobierno de México de AMLO opinó sobre la situación real de los países de Latinoamérica y el Caribe, la esperanza de una integración latinoamericana vuelve hacer el principal tema de la política exterior de todos los países de Latinoamérica y el Caribe, pese a la división, los desencuentros, las posiciones de varios gobiernos coludidos con los intereses del Imperio del Norte, abonaba está iniciativa del gobierno del presidente Obrador al sueño bolivariano de una América unida.  

Los resabios no faltaron en la cumbre de la CELAC, los portavoces del imperio con su doble moral y doble discurso, asumiendo un puritanismo con respeto al mito de la democracia, como el estadio más excelso de los hombres en sociedad, evadiendo que no es suficiente hablar de democracia con unos pueblos de Latinoamérica y el Caribe sumidos en la pobreza y la exclusión, que hablar de democracia sin justicia social es como hablar de dioses en un mundo dominado por la maldad y la avaricia.

La visión vanguardista de Obrador consiste exactamente en apuntar hacia la justicia social, antes que a cualquier juicio universalmente válido de legitimidad del poder por el poder como lo es, «la democracia». Se debe ser demócrata anteponiendo el bienestar de los desamparados y marginados, incluso de los muertos por estos sistemas “democráticos” ineficaces y al servicio de los intereses de los grandes capitales.

No fue gratuito ni un alarde de protagonismo el hecho que estuvieran presentes los dirigentes de Cuba y Venezuela, porque constituye más que un legitimación del poder político, un mensaje y el ofrecimiento de un puente entre la economía global a la que no podemos sustraernos, y el derecho a América Latina de salir de la exclusión y de dejar de mendigar a los poderosos, los países dueños del capital.

No se puede acusar a Cuba ni Venezuela con un inmoral bloqueo económico por parte del Imperio del Norte, no se puede censurar a Cuba y Venezuela y recibir a los mandatarios del Imperio Chino con bombo y platillo todo por ser rico y poderoso. Hay gobiernos de un solo partido que se toleran siempre y cuando sean ricos.

Pensar que la cumbre de la CELAC es un reafirmación de las acusaciones de populista y comunista que hace la derecha a AMLO; resulta un despropósito y una visión miope de los representantes de la trasnochada época de la guerra fría, al contrario, es un parte aguas para que ahora sí América Latina y el Caribe salgan del atraso y la exclusión con dignidad y respeto.

El debate sobre democracia es un punto sin retorno, se exige una visión que la democracia no sirve sin justicia social, que derecha e izquierda no sirven sin justicia social, que la política no sirve sin justicia social, que el mundo no sirve sin justicia social, y esto no es comunismo, y si los efectos de este mundo global neoliberal capitalista injusto.

Septiembre 2021