28 de marzo de 2024

Región de La Montaña, en Guerrero, recupera su patrimonio religioso afectado por el sismo del 19-S

Fueron entregadas las iglesias de San Pedro Aytec y de la Asunción de María, en Huamuxtitlán, así como la Parroquia de Santiago Apóstol, en Xochihuehuetlán

  • La Secretaría de Cultura concluye el resarcimiento de los daños en esta región, correspondiente al 20% de los 95 inmuebles históricos afectados en el estado

Con la entrega de tres templos localizados en la Cañada de Huamuxtitlán, la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), dio por concluida la recuperación del patrimonio religioso afectado por el sismo del 19 de septiembre de 2017 en la región de La Montaña, en Guerrero, capillas y templos de históricos que representan el 20% de los 95 inmuebles de la entidad que resultaron afectados.

En gira de trabajo por los municipios de Huamuxtitlán y Xochihuehuetlán, autoridades del Centro INAH Guerrero indicaron que La Cañada, microrregión dentro de la región de La Montaña, fue embestida con particular fuerza al ubicarse en un radio de 60 km respecto al epicentro del temblor: Axochiapan, Morelos. A escasos meses de conmemorarse un año más de este suceso, informaron que, salvo cuatro casos que continúan en proceso, se ha concluido el resarcimiento de los daños en los 91 inmuebles restantes.

 En esta ocasión se hizo entrega formal de las iglesias de San Pedro Aytec y de la Asunción de María, en Huamuxtitlán, así como de la Parroquia de Santiago Apóstol, en Xochihuehuetlán, cuyo colapso del casquete de su bóveda se convirtió en el símbolo de los efectos del terremoto en La Cañada, una de las once edificaciones que resultaron con daño severo en la entidad guerrerense.

En cada uno de estos lugares, las comunidades y las mayordomías en particular, recibieron una explicación de parte del arquitecto del Centro INAH Guerrero, José Luis López Suárez, quien supervisó las obras junto con su colega María Inés Soto Valenzuela, adscrita al Centro INAH Zacatecas. En los tres casos mencionados, se llevaron acciones de restauración, entre liberaciones, consolidaciones y reintegraciones, las cuales hoy permiten volver a poner en funciones estos espacios de fe.

El tañer de las campanas es la mayor prueba de que los tiempos difíciles quedaron atrás, “las campanas representan la relación de Dios con el pueblo y marcan la vida activa de las comunidades”, señaló el párroco Miguel Oyorzábal López, del Templo de Santiago Apóstol.

Ejemplo de esa fe colectiva es Rafaela García Bravo, sobreviviente del sismo. Ella se encontraba en el presbiterio al empezar el movimiento telúrico y apenas tuvo tiempo de ponerse de espalda a la pared, “cuando se vinieron puños de la bóveda y San Miguel Arcángel comenzó a bambolearse de un lado a otro”. Él fue su protector porque logró salir ilesa, “parecía que el príncipe de las milicias celestiales estaba luchando porque perdió sus dedos y su espada, y el diablo, uno de sus cuernos”, recordó emocionada.

El arquitecto José Luis López refirió que la restauración de estas iglesias es también recuperar parte de la memoria histórica de La Cañada, pues son símbolo del proceso de evangelización emprendido por los agustinos en el siglo XVI, como lo demuestra la antigua capilla abierta que permanece a espaldas de la Parroquia de Santiago Apóstol, la cual fue construida en el siglo XIX.

En este caso, las tareas de reconstrucción implicaron estudios geofísicos, a cargo de expertos de la UNAM, los cuales arrojaron que la iglesia se desplanta sobre grutas de 25 metros de profundidad y 12 metros de ancho, lo que implicó arduos trabajos de recimentación, a cargo de la empresa contratista.

Se reconstruyó la bóveda de cañón corrido con lunetos, respetando el diseño y la forma anterior, mediante la integración de un refuerzo estructural por trasdós, con fibra de carbono. También se reconstruyó la cornisa, el casquete de la cúpula y la linternilla del templo, a base de materiales contemporáneos y estructurados con concreto armado, siguiendo el patrón anterior.

Durante la gira de trabajo también se entregó la Parroquia de la Virgen de la Asunción de María, del siglo XVIII, la cual registró grietas al exterior, en los arcos de las columnas del sotocoro, en muros laterales por el interior y en la bóveda del presbiterio. Asimismo, el altar del presbiterio se dañó a causa de la caída de los aplanados de la bóveda y hubo daños en la base de la torre-campanario.

Una de las acciones más destacables en este templo fue la recuperación de los niveles originales del presbiterio y de los accesos laterales a la sacristía y la antesacristía, tras la realización de calas para sondear su superficie y liberar de relleno toda esta área. Aparte, con base en fotografías antiguas proporcionadas por los pobladores, se restituyó el diseño original del altar principal.

Finalmente, en la iglesia de San Pedro Aytec, la cual data de entre los siglos XVIII y XIX, aunque los daños fueron menores —principalmente grietas en muros laterales de su nave, en fachadas del interior y exterior, sumados a aplanados sueltos y abufados—, fue posible reintegrar la cubierta de madera y teja rescatando el sistema constructivo que implementaron los agustinos en los templos de esta región.