19 de abril de 2024

Recuerdan aportes de Daniel Rubín de la Borbolla y de Eusebio Dávalos Hurtado a la antropología mexicana

*** El seminario “Fundadores de la antropología mexicana en el siglo XX” dedicó su sesión a ambos investigadores, a manera de homenaje

***Las hijas de los connotados investigadores, Sol y María de la Paz Rubín de la Borbolla, así como Luz del Carmen y Maya Dávalos, relataron sus trayectorias

Estudiosos de la diversidad cultural y de la historia de México, pero también gestores y promotores de la institucionalización de las ciencias antropológicas, cuya labor coadyuvó a la consolidación del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), el antropólogo Daniel Rubín de la Borbolla (1907-1990) y el antropólogo físico Eusebio Dávalos Hurtado (1909-1968) fueron homenajeados en el seminario “Fundadores de la antropología mexicana en el siglo XX”.

En la transmisión realizada por el canal INAH TV en YouTube, como parte de “Contigo en la distancia”, de la Secretaría de Cultura federal, autoridades del INAH indicaron que ambos investigadores representan una segunda generación de antropólogos que corresponden al momento fundacional del Instituto y, consecuentemente, al fortalecimiento y consolidación de la antropología mexicana en un contexto institucional.

“Tanto Daniel Rubín, quien dirigió a la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), como Eusebio Dávalos, director del INAH, en su momento, son dos exponentes fundamentales de la antropología crítica que se desarrolla, sobre todo, de los años treinta a los sesenta del siglo pasado”, expusieron.

Afirmaron que, con antropólogos como Carlos Navarrete, y a su manera con Daniel Rubín y Eusebio Dávalos, la antropología mexicana ha sido y sigue siendo de enorme vocación latinoamericanista.

En su intervención, las hermanas Sol y María de la Paz Rubín de la Borbolla presentaron los aportes de su padre, a través de testimonios de sus colegas, alumnos y amigos, apoyándose en textos como el libro Daniel F. Rubín de la Borbolla (1907-1990). Testimonios y fuentes (UNAM, 1996), de la historiadora Bertha Abraham Jalil, así como en publicaciones del Centro de Documentación “Daniel Rubín de la Borbolla” AC.

Así, María de la Paz Rubín explicó que, tras su incursión en el Instituto Smithsoniano, en Washington. D.C., y su paso por la Universidad de Cambridge, en Reino Unido, su padre regresó a México, y el entonces secretario de Educación Pública, José Manuel Puig, lo designó jefe del Departamento de Antropología Física del Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnografía, espacio en el que conoció a Alfonso Caso, quien era director del Departamento de Arqueología.

Sol Rubín manifestó que, en 1931, Alfonso Caso y su papá se unieron al proyecto de exploración del centro ceremonial de Monte Albán, en Oaxaca, descubriendo la famosa Tumba 7.

Las hermanas destacaron los aportes de su papá al indigenismo en México, quien fue reconocido en 1990, con la presea Manuel Gamio al Mérito Indigenista, junto con el profesor Ramón Guillermo Bonfil y el antropólogo Ángel Palerm.

A su vez, las hijas de Eusebio Dávalos Hurtado: Luz del Carmen y Maya Dávalos dieron a conocer parte de la vida y obra de su padre, Eusebio Dávalos, como médico, antropólogo y académico.

“Sobre todo, como un apasionado por la cultura mexicana, y en esta ocasión, por la estrecha relación que tuvo con su maestro y después gran amigo, el doctor Daniel Rubín de la Borbolla, estar aquí, las hijas de ambos, nos permite continuar con la amistad establecida entre ellos”, comentó Maya Dávalos.

Relató el paso del antropólogo físico por las escuelas nacionales de Medicina Homeopática y de Ciencias Biológicas, ambas del Instituto Politécnico Nacional, y tras la fundación del INAH, en 1939, su incorporación, en 1942, al Departamento de Antropología Física del antiguo Museo Nacional de Antropología, donde estudió los restos óseos descubiertos en Tlatelolco.

El 28 de abril de 1944, comentó, en el salón Bernardino de Sahagún de la ENAH, en la sede de Moneda 13, su padre realizó su examen profesional en grado de maestro en Ciencias Antropológicas, con especialidad en Antropología Física, siendo el primer alumno que se inscribió en dicha institución y también el primer graduado, recibiendo su título con las firmas de Jaime Torres Bodet, entonces secretario de Educación Pública; del arquitecto Ignacio Marquina, director del INAH, y del doctor Daniel Rubín de la Borbolla, director de la ENAH.

Por último, Luz del Carmen Dávalos resaltó que derivado de su tesis de doctorado, sobre liderazgo académico, la cual ejemplificó con la labor de su padre y basó en documentos y fotografías que conservaba su mamá, conformó el Fondo “Eusebio Dávalos Hurtado”, que fue donado a la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia, donde ya se encuentra digitalizado.