13 de febrero de 2025

Gracias, gracias, gracias/Alfredo Vargas Ortega

Activista, teatrero, escritor

Licenciado Andrés Manuel López Obrador, presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, me dirijo a usted para unirme a los millones de corazones que queremos darle las gracias por todo lo que realizó, en menos de seis años, en beneficio de México y, de forma especial, por los más desprotegidos.


Es probable que lleguen hasta usted, presidente humanista, una infinidad de cartas, notas y múltiples mensajes de mexicanas y mexicanos agradecidos por devolvernos algo que pensábamos perdido: el orgullo por ser mexicanos y la dignidad de los históricamente olvidados. Si en el pasado, nuestra identidad nacional era lo poco que tratábamos de conservar, hoy se ha fortalecido como nunca, elevándose por todo el orbe.


Por si fuera poco, su tesón por recuperar la historia antigua de nuestra nación, con la recuperación de acervos que se tenían en otros países, restituye una buena parte de nuestro legado, rico en tradiciones y la reivindicación de la cultura. La cuarta Transformación, es un ejemplo no solo regional, sino global. Ya lo han dicho personajes como Jean Luc Mélenchon o los fundadores de Podemos, de España. Asimismo, la recuperación de una serie de figuras ilustres de nuestra historia como Benito Juárez, Ricardo Flores Magón, Francisco Villa,


También, los proyectos estratégicos en los cuales realizó una inversión histórica, en favor de recuperar la infraestructura para lograr la sustentabilidad del país, como la compra de la planta Deer Park en Estados Unidos, la construcción de la refinería Olmeca-Dos Bocas, el Tren Maya, el Interoceánico o el Aeropuerto Felipe Ángeles, por citar algunos.


Desde la máxima tribuna, en un ejercicio sin precedentes, ha buscado alternativas para despertar la consciencia del pueblo, porque conoce el sentir de su gente, gracias a las mañaneras en las que ofreció, todos los días, una escrupulosa rendición de cuentas a la nación. Además, por si fuera poco, los recorridos que durante años ha hecho por todos los Estados y municipios del país, hizo una costumbre de cada cierre de semana, la visita a todo el país, para atender toda clase de temas. El esfuerzo desplegado en todas estas acciones ayudó a desenmascarar a la mafia del poder, con nombres y apellidos.


Usted, presidente López Obrador, no solo ha desnudado la corrupción de los gobiernos neoliberales, sino que ha logrado hacer visibles a una serie de personajes que, en el pasado, se han distinguido por sus opiniones en los medios corporativos, con el único propósito de mantener negocios, prebendas e intereses económicos de su lado. Ha desmontado la hipocresía y la simulación, que históricamente se hizo de espacios para aparentar que estábamos en una democracia. Nada más falso. Esas voces convertidas en corifeo que simulaban ser críticas del poder en turno solo buscaban incidir en la opinión pública, para poder minimizar la protesta.

Al quedar descubiertos, se ha revelado su verdadero pensamiento hacia el pueblo, el clasiracismo, desprecio y la intolerancia. El asunto no es menor, porque bajo esa máscara, engañaron, manipularon y abusaron de la nobleza de la gente. La respuesta de estas figuras se reduce a la doble moral, la hipocresía, la victimización y la diatriba.
Se debe reconocer que en el pasado, mientras la izquierda se enfrascaba en la búsqueda de una identidad, usted estaba volcado en la atención de las comunidades, como líder social, trabajando desde abajo, con la gente. Usted nunca fue un político tradicional. Por eso también lo atacaron. Supo conducir la lucha por la justicia a través de cauces siempre apegados a la legalidad y de forma pacífica. Su principal rasgo ha sido el de un estadista abierto al diálogo circular. Sus llamados a la reconciliación, desde el estado de derecho, han sido desde la serenidad y la mesura, aunque contundentes.


Es por todo esto que la popularidad del presidente no solo se refleja en las encuestas del país, sino a nivel internacional, al ser valorado como el segundo mandatario con más aceptación en el mundo. Solo por debajo del primer ministro de la India, Narenda Modri. Aunque, a decir verdad, es difícil imaginar que el mandatario hindú enfrente ataques permanentes por parte de los grandes intereses, tanto económicos como políticos, en su país y fuera de sus fronteras. Porque, sabemos, los poderes fácticos, acostumbrados a ver a México como una colonia, han intentado hasta lo imposible por derrocar a un gobierno legítimo. Como presidente no ha dejado de ser frontal y determinante, por eso le ha devuelto la dignidad a la nación. Con determinación y arrojo, su mayor empeño fue erradicar uno de los peores males peor de nuestra historia contemporánea: la corrupción.


Presidente, López Obrador, usted no solo ha reivindicado el ejercicio de la política poniéndola al alcance de todos, sino que abrió espacios a los ciudadanos para levantar la voz. Le ha dado sentido a la participación ciudadana, cuando la incluye en las decisiones centrales, como la consulta para la Revocación del Mandato o el Juicio a expresidentes o el Plan C, que se votó de forma masiva para darle continuidad al Segundo Piso de la Transformación y que logra que llegue la primer presidenta mujer de México, la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo. Que estará al frente de los destinos de la nación, por primera vez en doscientos años de vida independiente de la República.


Por si fuera poco, la pluralidad que ha abierto, para que salgan a la esfera pública una serie de voces ciudadanas que han tomado los medios digitales para dar su opinión y expresar su sentir y exponer sus ideas sobre la Cuarta Transformación y la vida nacional. Las voces ciudadanas han roto el cerco que mantenían los grandes medios, quitándoles la exclusividad de la información y el análisis de lo que sucede en el país.


En doscientos años, desde nuestra independencia, como dice la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, nunca se había dado un proceso de transición como la que se vive en estos tiempos. Sin ruptura, con continuidad y con un proyecto de nación metido en la cuarta transformación de la vida pública.
Gracias por darle voz a los pueblos originarios, a las mujeres, a los desposeídos, a los adultos mayores, a las niñas, niños y jóvenes.


Gracias por luchar en favor de la justicia.
Gracias por darle a México un lugar preponderante en el mundo.
¡Fue un Honor Estar y Luchar con Obrador!