20 de abril de 2024

¡El otro México que podemos construir!| AMLO el hombre imprescindible|Crónicas Ausentes|Lenin Torres Antonio

Hay hombres que luchan un día

Y son buenos

Hay otros que luchan un año

Y son mejores

Hay quienes luchan muchos años

Y son muy buenos

Pero hay los que luchan toda la vida

Esos son los imprescindibles.

Bertolt Brecht.

Silvio Rodríguez

“Sueño con serpientes”.

México tiene una peculiaridad sobre el poder político y público, y es que históricamente fue formando una estructura vertical del poder público que tienen como antecedente el mítico tlatoani prehispánico, que como cultura, elevara una figura pública divina omnipresente, omnisciente y omnipotente, que posteriormente, en la modernidad ilustrada se legitimara con “la democracia” e hiciera de la división de poderes un juego de equilibrios y contrapesos, pero que en la realidad, la figura presidencialista (el tlatoani) resultará intacta y se mantuviera en la cima de la pirámide del poder público operando con tal impunidad que sólo cada seis años ocurría, curiosamente como el tiempo cíclico prehispánico, un relevo que en la mayoría de los casos, igual que al término de la gavilla de años del ciclo prehispánico, destruyera “lo viejo” y diera paso a “lo nuevo”, hago la advertencia que “lo nuevo” no trastocaba el mecanismo cómo operaba el poder piramidal presidencialista, y significa solamente el sello personal del nuevo tlatoani o presidente.

Un híbrido que conjugaba de la antigüedad el poder divino pagano del tlatoani, y por otra parte, incorporaba, lo que se dice como la forma más acabada de organizar la vida pública, las principales ideas ilustradas, la democracia (gobierno instituido por el pueblo), la división de poderes, y la libertad, y el peso de ese sincretismo se había venido viviendo como la normalidad de la vida de los mexicanos, aunque en lo real, la libertad estaban ausentes desde el momento que las decisiones precedían desde la cúpula del poder, y como dije más arriba, la división de poderes fuera un juego de intereses de grupos de poder organizado por la mano de la figura presidencial, y la democracia usada solamente para legitimar la asunción del nuevo tlatoani.

La ruptura histórica es un proceso social doloroso, principalmente porque las rupturas sociales han sido de formas violentas, y las que no han sido así, por lo regular, los cambios no han sido trascendentales ni profundos.

El agotamiento del régimen viene por los excesos e ineficacia de los gobernantes y su alejamiento de la realidad que vive día a día sus gobernados, aunque también hay que decirlo, muchos son productos de asonadas golpistas que tarde que temprano vuelven al aparente modelo ilustrado de gobernar, más teniendo, después de la 2ª Guerra Mundial a los “guardianes de la democracia” encabezado por los EEUU, que empeñado en defender el modelo liberal ilustrado, y por otro lado, sus intereses económicos como superpotencia, acuden al auxilio de los oprimidos para que la explotación se dé alienante y justificado por la gramática neoliberal capitalista.

México lucha intensamente por definir su modelo social y político, que creo tiene como reto superar las contradicciones inherentes históricas, y voltear la pirámide del poder presidencialista, aunque a decir verdad, nadie hasta la fecha lo ha hecho en el mundo. Pero creo que hay ciertas condiciones para que suceda algo extraordinario desde México para el mundo.

Si nos asomamos al escenario político en México, nos daremos cuenta que hay una cruenta lucha por el poder político, principalmente por los que lo perdieron, el ala conservadora en que se redujo y se situó la alianza PRI-PAN, quienes en su afán de volver a gobernar y ejercer el poder público, no han dudado en llevar la estrategia opositora a un paroxismo de sandeces y simplicidades, evidenciando la falta de inteligencia, liderazgo y la consciencia de aceptar la legítima decisión que la mayoría del pueblo mexicano hizo en el 2018 de optar por la opción obradorista.

Estrategia opositora que se agarran de todo, en últimas fechas de las propuestas del presidente obrador de embajadores a varios países con quienes tenemos relaciones diplomáticas, y como lo he dicho, ahora la oposición es “más papista que el papa”, acérrimos defensores a destiempo (porque nunca lo fueron cuando estuvieron en el poder público) de la transparencia, legalidad, y legitimidad, e incluso de la moralidad, en un caso, algunos acólitos del conservadurismo, en el caso de la segunda propuesta de embajador a Panamá que ha hecho el presidente Obrador en la persona de la mexicana Jesusa Rodríguez, han utilizado una carta de un movimiento conservador panameño “la Alianza Panameña por la vida y la familia”(1), quien ha rechazado esa segunda propuesta del presidente Obrador, al respeto, pienso que en nada tiene que ver con la diplomacia que representa un embajador, que más que argumentos son prejuicios, si fuese así, se tendrían que acomodar ad hoc los perfiles de las propuestas de embajadores según la ideología de régimen del país, en un hipotético país con un régimen de izquierda estaría prohibido enviar como embajador a una persona que haya manifestado ser un creyente cristiano, así de absurdo es la polémica que han hecho la oposición de las propuestas a embajadores del presidente Obrador.

Como he dicho la oposición conservadora ha perdido rumbo y valioso tiempo para darse cuenta de su papel histórico que le toca desempeñar en este crucial tiempo que vive México, y claro que no es el papel mediocre que está haciendo, cayendo en una estrategia fascista de desacreditar “sin ton ni son” la acciones de la presidencia Obradorista, no asumiendo su responsabilidad de la crisis pública que aún vive México y situando perversamente los problemas que vive México, y esta crítica que hago a la oposición al presidente Obrador no tiene ningún exhorto al sometimiento ni al silencio, pero sí a construir una oposición crítica desde una propuesta alternativa de modelo de país a la propuesta de la 4ª Transformación pacífica del presidente Obrador, así como una oposición que sepa diferenciar los asuntos que tienen que ver con una agenda general crucial, urgente y necesaria, que debemos enfrentar todos los mexicanos y, sus instituciones públicas y privadas, como es la violencia, la pobreza y la crisis sanitaria del coronavirus, de su papel de legítima y necesaria alternativa política para la 4ª T desde un proyecto de país que desafortunadamente aún no han presentado. 

Si bien es cierto que necesitamos un sistema de partidos democráticos y auténticos, una oposición crítica constructiva, y una auténtica división de poderes, también necesitamos la movilización popular para que esto ocurra, el pueblo de México no puede ser un espectador de la polarización política que vive hoy México, como lo he dicho, incentivada por la cerrazón en que ha caído la monstruosa alianza PRI-PAN, ya sin un debate de las ideas difícilmente México puedo resolver sus graves problemas.

Aunque este escenario político contradictorio y dañino lo tenemos de fondo, creo que la política, la clase política en general, los poderes establecidos y principalmente el pueblo mexicano debe ver las oportunidades que tenemos para trascender, pese a que se intenten negar y tergiversar:

México como nunca vive una democracia auténtica, vemos en el pasado la democracia de la simulación y el engaño.

México vive como nunca una libertad de expresión, que en nada se compara con el papel indigno de encubridor que tenían en los pasados regímenes políticos los medios de comunicación y la inmensa mayoría de los periodistas.

La figura presidencial ya no tiene el velo protector inamovible del tlatoani que no se le podía criticar, incluso la oposición a través del poder mediático trata de vulgarizar la figura presidencial.

Y gracias a sus acciones políticas y de gobierno, y principalmente por su comportamiento el presidente Obrador ha secularizado y desmitificado la figura presidencial, quien por primera vez está al servicio de la igualdad y no de las élites económicas.

Sin esa consciencia de lo positivo que ha servido dejar esa pasado ignominioso de la política como el arte de engañar y corromper, México se puede perfilar a la construcción de un nuevo sistema político democrático y que sirva para resolver los problemas graves que vive la sociedad mexicana, y también para construir un mejor país que rescate la certeza de futuro de nuestras nuevas generaciones de mexicanas y mexicanos.

México debe sin miedo aprovechar esas fortalezas, y atreverse ir a más, si ese sistema presidencialista es un problema por la acumulación de poder, construyamos un democracia parlamentaria, propongamos una segunda vuelta electoral, y volteemos la pirámide del poder con una revolución de la representatividad, así como revertir el pacto federal en un pacto desde lo local, que incluya el empoderamiento del municipio.

Muchos me han criticado mi defensa a AMLO, y la sostengo porque gracias a él México es otro, y la política es otra, y las oportunidades que tenemos para trascender son reales y es gracias a él,  aunque desearía que sin prejuicio tuviéramos reelección como otros países del mundo, estoy seguro que AMLO tiene claro su papel histórico que le toca vivir.

Falta mucho que andar, pero estamos en el camino correcto de la historia.

1.- https://www.elfinanciero.com.mx/nacional/2022/02/04/organizacion-panamena-hace-el-feo-a-jesusa-rodriguez-va-contra-los-valores-de-la-nacion/

Febrero 2022