24 de abril de 2024

El estado del arte del poder mediático en el mundo y en México|A propósito de la campaña hitleriana de la oposición a AMLO|Crónicas Ausentes|Lenin Torres Antonio

El fascismo hitleriano no tan sólo nos enseñó cómo funciona una psicología de las masas, cómo puede alienarse a una sociedad completa e involucrarla en un exterminio y una guerra mortal como fue la 2ª Guerra Mundial, sino también que para lograr la interiorización de la superioridad de la raza aria jugó un papel vital la comunicación, claro una comunicación que tiene que ver con adoctrinamiento, incluso, con educación, por los contenidos de conocimiento que reforzaron dicha alienación, de tal suerte que, la educación estuviera al servicio de propósitos ajenos a una filosofía de la educación que apunta a una ética de valores.

La puesta en marcha de una sistematización propagandística le sirvió al nacismo para formar una sociedad con una visión de la vida social clasista, excluyente y segregarías. Para ello, Joseph Goebbels ministro de propaganda del Reich utilizó todos los medios de comunicación de la época, la prensa escrita, la radio, el cine, etc., este método de inducción puede ser resumido en 11 principios de la propaganda nazi creados por Goebbels que valen la pena recordar algunos de ellos, puesto que pienso que la comunicación no ha salido de esa metodología en contubernio con el poder político y económico, ya que no tan sólo sirve como una poderosa arma de lucha política sino también de control y alienación, y que en estos tiempos podemos constatarlo que se ponen en funcionamiento no tan sólo a nivel global, como lo estamos viviendo en estos momentos en la propaganda occidental que despliega occidente de la guerra de Ucrania, donde paradójicamente los menos indicados de hablar de libertad, respeto al derecho internacional, genocidio, injerencismo, derechos humanos, y toda la retahíla del lenguaje “ilustrado” que ha sido utilizado por el imperio occidental (EEUU, Inglaterra, Francia e Israel) para mantener el control económico del mundo, lo han puesto en marcha para formar una opinión favorable a sus intereses, sino también vemos como México vive la puesta en marcha de ese metodología sistemática de comunicación goebbeliana en contra del gobierno del presidente Obrador, y estoy seguro que tiene que ver con poderosos intereses económicos globales y locales.

El poder mediático, al igual que el poder económico se ha construido fuera de la fiscalización y control de lo público y lo político, es más, estos poderes controlan al poder político cuando debería ser al revés, un mercado que opera con coordenadas autómatas y una política que se auto regula, por una parte, a través de lo que he llamado “espejismo democrático”, y, por otra parte, se controla por un metalenguaje que es el propio poder económico-mediático.

Así vemos como la propaganda occidental a través del control de los medios de comunicación han centrado la atención total en la “injusta y desigual” guerra de los rusos contra los ucranianos, el presente se exacerba haciendo que no opere la memoria histórica, y se olvide esa “doble moral” del imperio occidental, y se enajena para ello la consciencia colectiva, a tal grado que vemos como actores públicos de la farándula cineasta, deportiva, cultural, etc., y la gente en general, se vuelcan en una “solidaridad autómata”, el grado de un enceguecimiento total, puesto que si hiciéramos un ejercicio de búsqueda en los medios de comunicación, tv, radio, internet, nos daríamos cuenta que el porcentaje de noticias que apuntan a esa visión que se ha construido sobre la guerra de Ucrania roza casi el 100% en contra de Putin, y por ende, en contra de lo ruso, incluido, la censura a la cultura y deporte ruso que nada tiene que ver con la guerra geopolítica de los imperios Ruso, Chino y Occidental, de tal suerte, que esa poderosa máquina de control que son los medios de comunicación, nos venden sólo una idea, una sola visión, y que pertenece a intereses puntuales del imperio occidental, el grado de control nos hace sentir que los millones de personas muertas directa e indirectamente por las arbitrarias invasiones e injerencia en otras latitudes por el imperio occidental, tiene una extensión temporal lejanísima, aunque no  hayan pasado ni 20 años de los genocidios perpetrados en Afganistán, Irak, Palestina, Sudamérica, etc., que geométricamente superan a lo que está ocurriendo en la guerra de Ucrania, como vemos el presente absorbe toda nuestra atención y nuestro ser.

A diarios consumimos noticias a medias, sesgadas, que tienen que ver con la retórica alabada del irresponsable presidente de Ucrania, que sirve como una pieza del juego de ajedréz del imperio occidental, aunque atrás de sus escenarios de comunicación yace destruido su país Ucrania, así mismo vemos exaltaciones del “heroísmo del ejercito ucraniano”, “infringiendo” según los medios occidentales duras perdidas al ejército ruso, e imágenes de las ciudades sitiadas, y de heroicos soldados ucranianos despidiéndose de sus seres queridos, así mismo a niños en medio de la destrucción y mujeres embarazadas a punto de morir presa de los bombardeos asesinos de los rusos, etc. Machacando día tras días con esas noticias no nos dejan darnos cuenta que, por otro lado, el imperio occidental, principalmente los EEUU, suministran armas y material bélico para que continúen los ucranianos, exponiendo sus vidas, para “debilitar” a su enemigo el imperio ruso, paralelo lanza amenazas de sanciones al otro imperio, al chino, ¡que no se meta ni ayude con armas a Rusia!

Esta forma en que opera la maquinaria propagandística a través de los medios de comunicación no queda tan sólo, como lo dije, en el escenario mundial para formar opinión favorable a los intereses del imperio occidental, también es replicado en lo local, y México vive hoy una injerencia del imperio occidental a través de sus agentes conservadores desde lo local.

Y al igual que la meta de la propaganda goebbeliana fascista puesta en marcha a nivel global para proteger los intereses del imperio occidental, aquí se inicia, desde el primer minuto en que pierde el poder político la dócil clase política prianista a los intereses del imperio occidental, una campaña mediática fascista contra el gobierno del presidente Obrador, y si analizamos los 11 principios de la propaganda nazi, parece que se cumple a pie juntilla:

“Principio de simplificación y del enemigo único. Adoptar una única idea, un único Símbolo; Individualizar al adversario en un único enemigo”. Esto ya lo habían puesto en marcha los panistas en la presidencia del ignorante Vicente Fox, cuando el presidente Obrador gobernaba la ciudad de México, reiterando que “era un enemigo para México”. Ese principio no ha sido abandonado en la actualidad, con la estrategias propagandísticas conservadora para inducir que todos los males habidos y por haber son responsabilidad del presidente Obrador, los podemos constatar si hacemos un análisis de la información que consumimos en estos tiempos en México, tendientes a ubicar en la figura presidencial de AMLO todas las responsabilidades de los problemas que vive la sociedad mexicana, aunque vivamos en una república y haya corresponsabilidad entre el gobierno federal, los estatales y los municipales, pero esto se sesga, todos los problemas aun los más triviales se ubican en el gobierno de la república del presidente Obrador, y esto no es fortuito ni gratuito, hay atrás de esa campaña propagandística de la oposición financiamiento exterior (la embajada de los EEUU) e interior (los empresarios que  hicieron grandes fortunas con los gobiernos corruptos prianistas, aunque los veamos acompañar al presidente Obrador en algunos eventos), en suma, los actores políticos, económicos y mediáticos responsables de la degeneración de la vida pública en México, y responsables directos de la crisis pública de inseguridad, pobreza, desigualdad, etc., son eximidos por esa metodología de comunicación fascista de la oposición a AMLO, los problemas de México se intentan causarlos por generación espontánea, aunque eso sea un absurdo.

“El principio de la exageración y desfiguración, o sea de convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave”, resulta muy ejemplificador con la “guerra sucia” mediática contra el presidente Obrador, he ahí cómo podemos entender la atención de los medios de comunicación en la venta del avión presidencial, “la casa rentada” del hijo del presidente Obrador, etc., convertidos en temas “vitales” para vida pública de México, pero en los que deben echar la mano los medios de comunicación y la oposición están ausentes, la crisis sanitaria del coronavirus, la inseguridad y violencia, etc., que son temas y problemas de la agenda nacional que implica corresponsabilidad, o sea, que los problemas graves de nuestro país no ameritan propuestas, ideas o sugerencias de la oposición, pero si esos triviales y espurios, por eso vemos a la oposición sin presentar después de tres años de gobierno del presidente Obrador un proyecto alternativo de país, y no lo presentan porque no lo tienen, y porque se han dedicado a participar y a diseñar la “guerra mediática” como lo he comentado, prefirieron la “grilla” a la política, la banalidad a la solidaridad, la estupidez a la racionalidad.

Este “principio de la vulgarización”, que consiste, en una idea que, “toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar”, y así actúa la oposición, subestimando a la gente, su inteligencia, y piensan que puede olvidar quienes son los verdaderos responsables de la crisis pública que vive México, aunque creo que seguirán topándose contra la pared de la conciencia social del pueblo mexicano.

Este “principio de orquestación», que consiste en pensar que “la propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentadas una y otra vez desde diferentes perspectivas, pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas”. De aquí viene también la famosa frase: “Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad”, y así lo han hecho, repetir incansablemente sofismas, falacias, noticias tergiversadas, que son publicadas en todos los medios de comunicación impresos, virtuales, etc. Por eso el presidente Obrador tuvo que crear su propio medio de comunicación “la mañanera” para contrarrestar la desinformación y tergiversación de la comunicación de los todavía poderosos consorcios de comunicación.

En fin, que podríamos seguir analizando cómo esos principios de propaganda y comunicación fascista están presentes, y darnos cuenta cómo el poder mediático está siendo utilizada para fines políticos y no para informar, está siendo utilizada para formar opinión política no para informar veras, objetivas y oportunamente.

Queda pendiente todavía la necesidad que se repiense el papel que tienen los medios de comunicación para formar democracias verdaderas, y en el daño que le han hecho con ese proceder a la misma democracia y a los seres humanos.

Si la libertad tiene que ver con la diversidad, los medios de comunicación van en sentido contrario a esa libertad, reduciendo su función como instrumento del poder económico.

Los 11 principios de la propaganda nazi de Joseph Goebbels – Altaveu el diari digital d’Andorra.