28 de marzo de 2024

Columna de opinión|EN PRIVADO|Por Ricardo Ramírez Juárez|JUAN JAVIER GÓMEZ CAZARÍN, UN DIPUTADO LOCAL HUMANISTA, FRATERNAL Y SENSIBLE CON LOS NIÑOS

Domingo 16 enero 2022

Por Ricardo Ramírez Juárez

JUAN JAVIER GÓMEZ CAZARÍN, UN DIPUTADO LOCAL HUMANISTA, FRATERNAL Y SENSIBLE CON LOS NIÑOS
Siempre festejar, celebrar o causar alegría a una niña o a un niño es motivo de satisfacción personal porque ese niño nunca olvidará la atención recibida, pero festejar o causar alegría a los niños que viven en localidades rurales marcadas intensamente por la marginación y el olvido es otra cosa.
Lo comprendemos en toda la extensión de la palabra los que ahora somos adultos pero que nacimos y crecimos desde nuestra infancia en una comunidad rural, donde acceder a distracciones tan elementales como asistir a una sala de cine, a un circo, o a una arena de lucha libre eran solo leyendas que contaban orgullosos algunos niños con familiares en las grandes ciudades del país, que en vacaciones eran invitados a pasar esos días en esas ciudades, y quienes a su retorno a la comunidad no solo regresaban estrenando zapatos o tenis sino que venían con una larga lista de anécdotas de sus paseos en los grandes cines y en los circos y en las arenas de lucha libre.
Mientras que muchos niños, la mayoría, solo tuvimos la oportunidad de disfrutar de una sala de cine hasta nuestra juventud, cuando llegamos a estudiar la preparatoria en Poza Rica.

Y vaya que disfrutamos la película, al grado que nos tocó gritar en voz alta cuando el héroe de la pantalla se vengaba de sus enemigos sin piedad, porque esos enemigos le habían disparado a quemarropa a su acompañante que en el trayecto de la cinta había iniciado como su contacto en la selva vietnamita.

El héroe, al lograr su objetivo de liberar a sus compañeros recluidos en unas cárceles clandestinas construidas en la inmensa selva vietnamita terminó enamorándose de su contacto, de quien sería su guía, y con toda la seriedad y solemnidad que un caballero asume con su dama, terminó dándole un tierno beso cuando estaba a punto de cruzar la frontera para escapar de sus perseguidores.

Lo recuerdo con claridad como si fuera ayer.

Mientras la besaba amorosamente me levante del asiento y le grite, con todas las fuerzas de mi voz:

No hagas eso amigo, mejor escapa con ella y luego la besas con calma…

El héroe no me escuchó ni me hizo caso, desde luego que ni lo podía hacer…por el contrario alargaba el beso a la bella dama.

Y en eso estaba la pareja cuando un soldado vietnamita disparo su arma contra la pareja, atravesando con muchos tiros el cuerpo de la hermosa dama, quien se desplomó en los brazos de su novio que apenas le había prometido el cielo y las estrellas.

De nuevo me levanté del asiento o butaca del cine y volví a gritar muy fuerte, muy molesto, encabronado:

-Que te dije, te dije que eso iba a pasar…ya vez, fue tu culpa.

El soldado tomó una medalla de la dama muerta y se la colocó en el cuello, se amarró una cinta en la cabeza y empezó a pelear con tanta fiereza y destreza que sus armas multiplicaban los muertos de sus enemigos.

Yo ya no estaba sentado en la butaca como todos lo hacían comiendo palomitas, yo de nuevo estaba gritando: Mátalos a todos, perros, te mataron a tu novia hermano…

Mi compañero que me había invitado al cine se sumía en el asiento y me pedía que me callara, yo estaba muy molesto, casi lloraba, y sin pensarlo dos veces para neutralizarlo le tuve que decir algunas groserías para que me dejara luchar con el soldado, con el héroe de esta cinta, porque para ese momento yo ya estaba en esa inmensa selva vietnamita que conozco como la palma de mi mano por haber visto tantas veces esta cinta…

Hasta que ganamos la batalla y liberamos a todos los amigos presos.

La película se llamó Rambo

Muchos años después supe que la película que tuve la oportunidad de ver por vez primera en una sala de cine era Rambo II, y ese recuerdo siempre me acompaña.

La persona que me invitó a disfrutar de esa película nunca más me volvió a invitar, porque contó a todos sus hermanos que le había causado vergüenza verme tan emocionado gritando frente a la pantalla como un loco.

Todos se rieron, pero yo no les hice caso.

Yo seguía pensando que si el soldado, que si el héroe me hubiese escuchado no le hubieran matado a su dama.

Todo esto viene a colación porque este domingo 16 de enero del 2022, el diputado local Juan Javier Gómez Cazarín, originario de Hueyapan de Ocampo, un municipio con alta producción cañera, y ganado, pero con una intensa marginación como la que se vive en todos los pueblos rurales, donde se padece de carencia de servicios tan elementales como la energía eléctrica, como el agua potable, como los sistemas de drenaje, como las escuelas y como las clínicas rurales, una vez más, porque lo ha hecho desde hace varios años, invitó a un nutrido grupo de niños de las comunidades más marginadas de Hueyapan de Ocampo, a disfrutar por primera vez en sus cortas vidas de una película en un cine del vecino municipio de Acayucan.

Decenas de niñas y niños disfrutaron por primera vez de una función de cine, y también por primera vez probaron una deliciosa pizza, y todos los refrescos que pudieron tomarse, gracias a la generosidad del diputado local Juan Javier Gómez Cazarín.

Las decenas de pequeños viajaron durante 3 horas de sus alejadas comunidades para llegar a la ciudad de Acayucan, la ciudad más importante de esa región, en medio del bullicio y la alegría que produce el subirse a un autobús cuyo feliz destino fue Cinepolis, donde ingresaron emocionados y sorprendidos por este singular regalo que les hizo este sensible y fraterno legislador local.

Los críticos que nunca faltan ni faltarán podrán decir que Juan Javier Gómez Cazarín es un populista por haber tenido esta atención para estas decenas de niños marginados, sin embargo, se tiene que reconocer que estos niños quedarán marcados para toda su vida con este regalo tan grande que les hizo el diputado local, un obsequio que ni en el mejor de sus sueños se lo pudieron haber imaginado.

En unos años, muchos de estas niñas y niños serán profesionistas en las diferentes ramas de la ciencia, maestros, doctores, militares, ingenieros y tal vez hasta políticos, pero todos o mejor dicho nadie, olvidará el nombre del diputado local Juan Javier Gómez Cazarín, quien una vez más demuestra que es un hombre sencillo, sensible, y fraterno, que no pierde la oportunidad de hacer el bien en beneficio del prójimo, quien como lo hace todos los días el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador y nuestro Gobernador Cuitláhuac García Jiménez, sigue trabajando con la misma convicción de siempre: la de no hacerle mal a nadie y atender de manera preferente a los pobres y a los olvidados de México, de Veracruz y de Hueyapan de Ocampo.

A nombre de estas decenas de niños que hoy vieron por primera vez una película en una sala de cine, muchas gracias Señor Diputado.

Porque los niños son el futuro de nuestros pueblos, y sembrarles estas buenas acciones y estos inolvidables regalos, seguro que les hará buenos ciudadanos en un futuro no muy lejano.